El verdadero significado de eliminar los exámenes de español en las vocacionales cubanas

“Que vueno que ya no tengo que aser la prueva de Español!!!!! Que felis estoy…”, así escribió un forista en Internet de forma irónica ante la injusta decisión tomada por el Ministerio de Educación de Cuba (MINED) de eliminar los exámenes de Español para entrar en los Institutos Preuniversitarios Vocacionales de Ciencias Exactas (IPVC).


La idea estalló como una bomba y desde entonces la polémica no ha parado entre los cubanos. Ahora, para acceder a los IPVCE se realizan pruebas de Matemática e Historia, y, a elección del estudiante, de Física, Química o Biología. La viceministra de Educación, Margarita McPherson aseguró que aunque no se realiza un examen de Español, en el resto de los exámenes se evalúan la redacción y la ortografía.

Hasta la propia Academia Cubana de la Lengua protestó contra tan burda medida, al decir que: “la decisión adoptada no favorece, más bien desestimula el interés del estudiante. Parece ocioso insistir en que la esencial fuente de conocimiento, que situamos en la observación, el estudio, la ciencia, una ciencia específica, la práctica… pasa necesariamente por una lengua: se piensa en esta lengua, se observa en la lengua, se trabaja en la lengua, se hace ciencia en la lengua”.

La idea según afirman los directivos es volver a las raíces de las vocacionales donde solo se exigía aprobar las pruebas de Matemática e Historia. Sin embargo, es un error creer que los contextos son iguales para aplicar la misma medida. Los estudiantes que entraron en los IPVC allá por los años 70 y 80 tenían buena base académica, algo que no sucede hoy, por la ausencia de maestros que abarca casi todas las enseñanzas en el país.

La crisis viene desde hace más de 10 años y no solo se debe a la falta de vocación para el magisterio, sino también a la pérdida de rigor y superación en los conocimientos, impregnada también por un conformismo que permite ubicar en esa plaza prácticamente a cualquier persona que haya cursado un breve periodo de estudios pedagógicos, aunque ni siquiera lo hayan concluido.

Póngase a pensar que las faltas de ortografía e incoherencias independientemente del grado científico que se tenga, dicen mucho de una persona: Habla de su nivel intelectual, su grado de cultura, y su poder de análisis.


Sea la lengua que sea, las normas de uso correcto del lenguaje no están hechas para adornar un texto, sino también para que nuestro mensaje o conversación sea entendido. Saber comunicar no significa solamente dominar a la perfección las reglas gramaticales… Créame, quien tenga poder de comunicación tiene en sus manos una importante llave para transmitir.

Estamos en la era del uso de mensajes de textos y chats que sin dudas ha engendrado palabras como xq, entendi2, kasa, sl2s… Evidentemente si se elimina el rigor sobre la enseñanza de nuestra lengua materna, muy pronto las nuevas generaciones estarán escribiendo así en cualquier contexto.

Es verdad que las escuelas vocacionales en Cuba se crearon para formar profesionales orientados a carreras de Ciencias Exactas (Matemática, Física, Química, Biología), y es bueno que se quiera sumar otra materia de ciencias para ingresar a los IPVC, pero no podemos graduar a nuestros futuros médicos, ingenieros y científicos con incoherencias cuando escriben o hablan. Por ese camino en el futuro vamos a tener muchos científicos, pero no vamos a poder entender lo que dicen ni lo que escriben.

Cuestión urgente de Ajustes

Realmente lo que se quiere es que los estudiantes opten por carreras de ciencias exactas, pero en ese empeño más que eliminar los exámenes de español podrían tomarse otras medidas.
Tal vez pudiera ser que los estudiantes pasen por una primera etapa de filtro con exámenes de Matemática e Historia y luego se realicen pruebas de Español y la materia de ciencias exactas de su interés.

Quizás otra manera sería establecer un examen que contenga varias materias de forma equitativa y luego que eso sea calificado por especialistas.

Buena parte de la sociedad protestó y la Academia de la Lengua cubana también. Entonces, ¿qué espera el MINED?


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