En āEl mundo tal como esā las memorias que escribiĆ³ el negociador enviado por el expresidente Barack Obama a las conversaciones secretas, que condujeron al deshielo con Cuba, Ben Rhodes (autor de libro) narra que estaban conscientes de que si cumplĆa una de las promesas recibidas del rĆ©gimen de La Habana, transmitir en vivo y sin censura por televisiĆ³n el discurso del ex mandatario a los cubanos, āel tiro podĆa salir por la culata, y admite que asĆ fueā reseƱa MartĆ Noticias.
SegĆŗn el ex asesor de Obama subraya que las promesas de reformas econĆ³micas y polĆticas quedaron detenidas luego del discurso del ex presidente estadounidense en La Habana, y tampoco se abrieron a los negocios de Estados Unidos.
Richard Feinberg reseƱa en Americaās Quarterly el libro de Ben Rhodes, publicado por Penguin Random House y cuyo lanzamiento en Miami serĆ” el prĆ³ximo 20 de junio en la librerĆa Books & Books de Coral Gables.
Rhodes era un director de comunicaciones y escritor de discursos de la Casa Blanca, cuando el ex presidente norteamericano rompiĆ³ los viejos esquemas, y lo eligiĆ³ para la delicada misiĆ³n diplomĆ”tica, que en un principio, segĆŗn el medio de Miami, se centraba en que Cuba liberara a Alan Gross, subcontratista de la USAID detenido por el rĆ©gimen por introducir en la Isla tecnologĆa de internet satelital.
Por temor a filtraciones, Obama marginĆ³ en las conversaciones a su Departamento de Estado y a la comunidad de inteligencia de EEUU, segĆŗn Feinberg.
El escritor de āEl mundo tal como esā aƱade color y detalles jugosos y noticiosos a lo que ya se conocĆa del proceso de acercamiento, anunciado en diciembre de 2014, apunta el analista del Instituto Brookings.
Una de las revelaciones del libro, es que el coronel Alejandro Castro EspĆn ampliĆ³ las conversaciones para orientarlas hacia un posible intercambio de espĆas a un mejoramiento de las relaciones, con lo que Obama creyĆ³ podrĆa reforzar la posiciĆ³n de Estados Unidos frente a AmĆ©rica Latina, y provocar reformas en Cuba, impulsando a un sector privado que nunca ha dejado de ser primitivo.
En defensa de Obama saliĆ³ Rhodes, para responder a aquellos que critican que el ex Jefe de Estado entregĆ³ mucho al rĆ©gimen cubano a cambio de nada.
El autor asegura que el gobierno de RaĆŗl Castro realizĆ³ varias promesas durante las conversaciones, segĆŗn el escritor, Cuba prometiĆ³ promover reformas polĆticas y econĆ³micas, sin embargo no ofrecieron detalles de las mismas.
Otra cuestiĆ³n que tambiĆ©n anunciaron fue abrir las puertas a los negocios estadounidenses, liberar medio centenar de presos polĆticos, y ampliar el acceso de los cubanos a la red de redes.
De ser como relata Rhodes, el rĆ©gimen de La Habana se burlĆ³ de Obama y de las delegaciones que iban a negociar con ellos; en el libro, el ex asistente presidencial tambiĆ©n acota que mĆ”s tarde cuando el entonces presidente de EEUU colocĆ³ sobre la mesa las iniciativas, Castro respondiĆ³ con cautela, y seƱala que la Isla fue lenta para emitir licencias a compaƱĆas norteamericanas interesadas en invertir en Cuba.
Tampoco abrieron canales fluidos para el comercio con los cuentapropistas, o āemprendedoresā como Obama les llamaba, y no solucionaron los reclamos pendientes de propiedades decomisadas de ciudadanos estadounidenses.
āEstĆ”bamos presionando āy lo sabĆamosā demasiado, y demasiado rĆ”pido. Pero estĆ”bamos diciendo lo que creĆamos, y a veces eso es todo lo que puedes hacerā, sentenciĆ³ Rhodes sobre el discurso de Obama en el Gran Teatro de La Habana.
El analista expuso que aun el ex presidente no habĆa despegado en el aviĆ³n presidencial, cuando los medios oficiales cubanos refutaban los mensajes de Obama, fue entonces cuando las reformas internas se detuvieron por completo.
(Con informaciĆ³n de MartĆ Noticias)