Si alguna vez caminaste por la acera de la Rampa en el Vedado habanero te habrás percatado que en el piso hay más de un mosaico artĂstico de granito que fueron realizados exclusivamente por artistas de la plástica cubana. Son estas verdaderas obras de arte que engalanan la cĂ©ntrica arteria capitalina declarada Monumento Nacional en el año 2014.
A lo largo y ancho de La Rampa, especĂficamente desde la calle J hasta la calle Infanta hay colocados 15 diseños originales que van repitiĂ©ndose hasta alcanzar un total de 180 mosaicos de apreciable valor simbĂłlico y cultural.
Descansan en el lugar obras de Wifredo Lam, Amelia Peláez, Antonia Eiriz, RenĂ© Portocarrero, Salvador CorratgĂ©, Mariano RodrĂguez, Luis MartĂnez Pedro, SandĂş DariĂ©, Antonio Vidal, Cundo BermĂşdez, Guido Llinás, Antonio Quintana y RaĂşl MartĂnez.
Los mosaicos han permanecido allĂ desde el año 1963 luego de salir de los talleres Ornacen en Rancho Boyeros. Desde entonces La Rampa y El Vedado duplicaron sus aires artĂsticos y de modernidad, siendo reconocida tiempo despuĂ©s como una arteria patrimonial.
Sin embargo, si te decides a pasar en estos dĂas por La Rampa habanera verás que una estela de chapucerĂa se ha adueñado de los icĂłnicos mosaicos y tambiĂ©n de sus distintivas aceras de granito que ahora están cubiertas con empates de cemento y alcantarillas que sobresalen el nivel de la calle.
Obras de la Empresa ElĂ©ctrica como parte de las labores de restauraciĂłn por los 500 años de La Habana obligaron a levantar algunos tramos de la acera y tambiĂ©n de la calle. La idea segĂşn las autoridades del gobierno en La Habana, era eliminar el tendido elĂ©ctrico y colocar el sistema soterrado en la calle L entre 21 y 25 y en la calle 23 entre J y M. Además debĂan levantar columnas con lámparas LED para reemplazar las viejas luminarias. Los trabajos tambiĂ©n incluyeron roturas en la calle 23 con brigadas excavadoras para abrir zanjas.
Pero, una vez concluido todo, las aceras y los mosaicos han quedado bajo la chapucerĂa y el cemento. Deplorable imagen para uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. Un espacio que fue incluso desde mucho antes del 59 uno de los centros culturales y de negocios más importantes de la capital.
Cubanos indignados por la indolencia
Desde las redes sociales Facebook y Twitter los reclamos no se hicieron esperar. Para una ciudad que está siendo sometida a varias obras de restauración por sus cinco siglos de vida, es algo sumamente indignante, por eso varios habaneros levantaron sus voces en estos medios.
Una de las fotos más circuladas e indignantes fue la que tomó la periodista Luz Escobar, donde se ve claramente el mosaico del artista Salvador Corratgé ubicado en la calle 23 entre L y M totalmente cubierto de una capa de cemento.
“Esta no es #LaHabana500 que nos merecemos y por la cual muchos trabajan y sudan cada dĂa. Esto se llama chapucerĂa de indolentes. AtenciĂłn autoridades de mi #Habana. Es La Rampa. Es una acera patrimonial”, dijo en su cuenta de Twitter el embajador de Cuba en Austria, Juan Antonio Fernández Palacio.
La fanpage en Facebook Arquitectura Habana denunciĂł el hecho con varias fotografĂas de los mosaicos mutilados, las aceras rotas y hasta las alcantarillas mal ubicadas. La página mostrĂł tambiĂ©n cĂłmo podrĂa haberse evitado el problema sin daños a los mosaicos.
Llamado por muchos el corazĂłn de La Habana, La Rampa acoge edificaciones y áreas de uso pĂşblico de importantĂsimo valor para los cubanos y tambiĂ©n para visitantes extranjeros: nights clubs, grandes luminarias, emblemáticos ministerios, institutos, bancos, restaurantes, espacios culturales como el PabellĂłn Cuba, la cascada de 23 y MalecĂłn, la simbĂłlica HeladerĂa Coopelia, y dos cines de gran renombre El Yara y el cine La Rampa.
Desde su creaciĂłn, La Rampa fue concebida por arquitectos, ingenieros y artistas como una arteria urbana medular para conectar el barrio tradicional de Centro Habana con la modernidad cosmopolita de El Vedado.
Lo preocupante del tema es que nadie ha tomado cartas en el asunto todavĂa. La Rampa sigue siendo la calle más cĂ©ntrica de La Habana, pero ahora marcada por ciertos aires de fealdad y chapucerĂa en sus aceras.
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