Una audiencia fue celebrada el jueves por el Departamento de Estado en Nueva York, con el objetivo de denunciar al régimen cubano por la trata de batas blancas, informa Diario de Cuba.
Cuatro médicos cubanos intervinieron en el encuentro, en el que también estuvieron presentes funcionarios de Washigton.
Tatiana Carballo, una de las profesionales de la salud, víctima del tráfico humano del Gobierno cubano, sentenció:
«Como el gobierno dice que la educación es gratis le pertenecemos, desde que nos graduamos tenemos un salario mínimo y es ahí donde empieza la historia de las misiones…».
«A Belice fuimos bajo un contrato que no era tal (…) No fue ni voluntario ni humanitario», reveló.
Además la doctora contó «el asedio y el estrés constante» que sufrió en la «difícil misión» en Venezuela, bajo la vigilancia y la presión de los coordinadores «que no eran más que agentes de la Seguridad del Estado».
«En el caso de la misión en Venezuela desde que firmamos el contrato y llegamos allí estuvimos bajo supervisión militar (…) Nos pagaban el 15% del salario, el resto se quedaba en una cuenta congelada en Cuba», confesó Tatiana, quien agregó muchos profesionales optaron por no regresar a la Isla, y su dinero fue a parar a manos del régimen, no de sus familiares.
Fidel Cruz, otro doctor cubano que vivió en carne propia lo que ocurrió en la nación petrolera, habló de la «falsificación de las estadísticas y algo bien serio que era influir en la opinión de la población para votar a Hugo Chávez y Nicolás Maduro».
El galeno estuvo de misión en Venezuela desde 2011 hasta 2014, confesó durante las elecciones del difunto Chávez y Maduro los obligaron a influir en los ciudadanos de ese país.
«Con Maduro me tocó salir a la calle y tocar a las puertas para animar a las personas para ir a votar y hacerlo por Maduro (…) Cada uno de nosotros teníamos que dar una estadística de los pacientes que llevábamos a los colegios y cuántos votaban por el régimen», detalló.
En 2008 la doctora Ramona Matos fue enviada a Bolivia, ella contó estuvo asignada a San Agustín en ese país.
«Nos entregaron un pasaporte oficial. Cuando llegamos allí una agente en el aeropuerto nos retiró ese pasaporte rojo», rememora.
Matos expuso nunca les revelaron «las condiciones de la geografía del altiplano relacionadas con la altitud (…)».
«Conozco varios casos de médicos que murieron por complicaciones cardiovasculares», añadió.
«Trabajamos en Bolivia indocumentados, sin identificación, si nos pasaba algo…», nadie las identificaría», testimonió.
Luego en 2013 fue enviada a Brasil, donde pidió asilo político, después de llevar sus quejas al Congreso de los Diputados.
«Me cansé de ser abusada, de ser esclava», lamentó Carballo, quien también fue enviada a Brasil, y fue cuando decidió abandonar la misión y viajar a EEUU.
La subsecretaria asistente de la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, Carrie Filipetti, expresó que «este evento muestra que Estados Unidos se toma en serio las acusaciones contra el régimen cubano».
«Está claro que quien continúe apoyando las prácticas abusivas del régimen cubano es cómplice de ellas», sostuvo.
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