La actriz y presentadora Edith Massola probablemente sea uno de los rostros más alabados y al mismo tiempo criticados dentro de la televisión cubana. Ha estado por más de 20 años al frente de la conducción del programa 23 y M cuando entró en 1998 en sustitución de Carlos Otero. Desde allí, ella ha hecho galas de ese carácter extrovertido que la define, calificado por muchos como dinámico aunque otros prefieren llamarle pedantería.
Hace solo uno días la Massola volvió a ser blanco de una encarnizada crítica donde se ha vuelto a poner en tela de juicio lo que sucede en su reconocido programa de los sábados, el cual dirige desde que saliera Julio César Leal.
Esta vez las críticas llegaron desde el oficialista periódico 5 de septiembre bajo el título “Egolatría y narcisismo en la televisión cubana”. El periodista y crítico audiovisual Julio Martínez Molina, arremetió contra la Massola pues la más reciente emisión de 23 y M estuvo completamente dedicada a homenajear el cumpleaños 50 de Edith con el reconocimiento y la intervención de varios amigos, familiares y hasta de su hija mayor radicada en Miami desde hace unos años.
Martínez atacó duramente a la actriz, pues según su criterio la Massola no debió utilizar su cumpleaños como motivo central del programa como si la televisión cubana fuera una TV privada.
La también actriz Blanca Rosa Blanco ha salido en defensa no solo de Edith sino en clara molestia por el trato que ha recibido. Desde la cuenta en Facebook Admiradores de Blanca Rosa Blanco, la también directora de cine, publicó una extensa y sonada respuesta sobre la crítica del periodista Julio Martínez.
«Personas con estrategias del modo que usted ha intentado atacar a una figura de este país, ni es valiosa, ni crítica, ni respetuosa. Hacer de su posible artículo, una trampa manipulada donde no vamos de ningún modo a admitir que se sostenga y seamos mañana todos acusados de ego. ¿Qué es el ego? ¿Cómo usted supone que debe ser sostenida una figura pública? Con ese ego productivo y creativo señor. Todos padecemos ego, y de ese ego también figura el arte ¿Qué hizo Edith? ¿Nacer?» dijo Blanca Rosa Blanco.
Blanca Rosa Blanco dejó bien claro que su respuesta iba en firme decisión de no permitir la violencia hacia una figura pública de la televisión que al decir de la propia actriz es una trabajadora incansable, de una disciplina y una responsabilidad impecable. «Dolidos y aludidos estaremos todos los artistas si permitimos semejante maltrato y voy más allá. Esto es violencia verbal y de género».
Esta no ha sido la primera crítica escandalizante contra Edith Massola sobre ella y lo que hace con su programa. Antes de este trabajo periodístico de Julio Martínez, un artículo titulado “¿Hasta cuándo el nepotismo en la TV cubana?”, corrió de boca en boca y costó más de una censura desde el ICRT.
Aquel escrito arremetía duramente contra el favoritismo en la pantalla cubana de incluir a la hija mayor de Edith Massola en cuanto proyecto existiese sin importar el talento.
«Empezamos a ver a su hija mayor, Natalia, cada vez con más frecuencia, películas, novelas, vídeos musicales, presentando programas, etc; sin que destacara en ninguno por su actuación o buen baile, tal vez donde más uno podía tolerarla era conduciendo. Resulta que ahora aparece en una nueva modalidad, el ¿canto?. Tal vez de tanto recorrer y no triunfar pensó que esta podía ser la oportunidad, como cantante del grupo Yuli y Havana C» fue este solo un pequeño fragmento de aquella especie de carta hacia la dirección de la televisión cubana.
Hace unos años, Edith Massola fue requerida también por un funcionario que le preguntó por qué usaba tanto ropas negras, pues parecía un acto de protesta. Lo cierto es que esta actriz y conductora cubana ha logrado sostener por varios años un espacio televisivo como 23 y M, incursionando al mismo tiempo en programas de América TV sin que ello le cueste el puesto.
Esperemos que la más reciente crítica implique males mayores para Edith y su programa 23 y M.
5 Comentarios