La policía mexicana detuvo a cubanos que se manifestaron ante la Embajada de Cuba en Ciudad de México ayer, 8 de septiembre, como parte de la «Revolución de los Girasoles» iniciativa del exilio y de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) para exigir la libertad de presos políticos y la liberación de la nación, a propósito de la celebración por el Día de la Virgen de la Caridad del Cobre.
Anisley Pérez, una de las cubanas manifestantes, le dijo firmemente a la policía que ella leyó la Constitución de México, y esta no le impedía manifestarse frente a la Embajada del régimen.
«En ninguna parte de la Constitución dice que yo no puedo estar aquí, yo los respeto a ustedes, porque estamos en un país libre», expresó aclarando que se trataba de una «protesta pacífica».
Mientras los policías mexicanos no parecían muy conformes con lo expresado por Pérez, e hicieron todo por impedir que la cubana se manifestara, claramente cumplían órdenes.
Finalmente después de una larga conversación en la que Anisley explicaba a los oficiales la situación de su país, Cuba, le permitieron protestar 20 minutos, sin acercarse a las rejas del Consulado.
La cubana llevaba pancartas con las imágenes de los presos políticos, y exigió a gritos desesperados libertad para ellos, mencionando sus nombres.
«El brazo largo del Gobierno cubano. ¿Por qué la policía mexicana intentó (impedir) que dos personas no se pronunciaran pacíficamente ante la embajada cubana en CDMX? ¿Por qué, en un país donde existe libertad de expresión y a diario suceden decenas de protestas?», cuestionó el periodista e investigador José Raúl Gallego, radicado en México.