Durante una reunión con los gobernadores de todas las provincias para evaluar temas económicos y sociales, en medio de la crisis del Covid-19, el designado gobernante Miguel Díaz-Canel aseguró que un supuesto complot para «alentar un estallido social en Cuba» forma «parte de los intereses electorales estadounidenses», recogió Diario de Cuba citando reporte original del estatal periódico Granma.
El líder comunista se quejó también de los «despiadados e incesantes» ataques a las «principales fuentes de ingreso» del régimen, haciendo alusión a las denuncias vinculadas a la venta de servicios médicos, vinculada con la explotación laboral de los profesionales de la Isla.
El sustituto de Raúl Castro reiteró que buscan desacreditar a la Revolución, a través de una campaña en redes sociales.
«Nos tratan de dividir (en temas) como son el racismo, la violencia hacia la mujer, los derechos humanos y la libertad religiosa», expuso.
«Se ataca con saña a dirigentes, a líderes de opinión, a intelectuales y artistas, que defienden el proceso revolucionario», precisó.
Díaz-Canel dijo a los presentes que no hay «espacio para el desánimo», y habló de un «proyecto totalmente cubano», prometiendo «soberanía, independencia, socialismo, prosperidad y … sostenibilidad».
Ha quedado más que demostrado en seis décadas que el sistema socialista es incapaz de traer progreso a Cuba, no obstante la historia demuestra que donde quiere que este proceso se cierne lo que prospera es el totalitarismo y la miseria.
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