El escritor y periodista Carlos Manuel Álvarez, uno de los firmantes de la declaración del 27N en respuesta a la decisión de no diálogo que tomó el Ministerio de Cultura (MINCULT), y quien pudo ingresar a la sede del Movimiento San Isidro, en Damas 955, La Habana Vieja, y permanecer allí unos dos días con los activistas y huelguistas, denuncia sigue en «secuestro domiciliario» en su natal Cárdenas, Matanzas.
Según palabras del director de la revista El Estornudo, se encuentra en Cárdenas desde el jueves, a donde fue para ver a su familia, y la Seguridad del Estado le impedía moverse dentro del territorio, bajo el pretexto de que violaba la supuesta cuarentena por la pandemia de Covid-19.
«Estoy en Cárdenas desde ayer, vine a ver a mi familia, pero sigo en secuestro domiciliario. Salía de la casa de mi abuela para la casa de mi madre, a quien solo vi ayer unas horas, y después de unas pocas cuadras me detuvieron», confesó junto a un vídeo en el que se puede apreciar la persecución al periodista.
De acuerdo a Álvarez no pudo ver a su madre, y ponen pretexto falsos para mantenerlo controlado.
«…Los argumentos que usan son falsos. Le dijeron a mi padre, quien me acompañaba, que estaba violando la cuarentena. Mi padre lleva ocho meses en Cuba. Me dijeron que yo también estaba violando la cuarentena y les dije que mi PCR dio negativo y que las autoridades sanitarias ya habían suspendido mi cuarentena desde el lunes pasado», reveló.
«Creo que estos segurosos municipales de poca monta ni siquiera sabían eso, y si lo sabían, actuaron todavía peor que los segurosos de La Habana. Torpes y ridículos», opinó.
Álvarez dijo sentirse como si fuera «un preso o un delincuente», y contó una vecina «chivata» se comunicó con la Seguridad del Estado cuando él salía de casa de su abuela.
Carlos Manuel dice haberse reconocido en un pequeño que iba a participar de un acto político orquestado por el régimen en el principal parque del pueblo.
«Hoy armaron un acto revolucionario express en el parque principal del pueblo y llevaron a pioneros de las escuelas. Ese pionero fui yo una vez, hace veinte años, en ese mismo mismo parque», escribió.
«Le pregunté a un niñito del barrio en qué consistía el acto y me dijo: «En gritar». «¿En gritar qué?», pregunté. «Viva Fidel», dijo como cualquier cosa. Fue mi momento divertido del día, me reí mucho», agregó.
«El niñito siguió jugando en la calle, sin saber siquiera, y sin importarle, quién ese señor era. Lo envidié», concluyó.
Varios amigos se han solidarizado con Carlos Manuel y han vuelto a publicar la denuncia en Facebook.
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