La creación de los puntos WiFi en La Habana y otras regiones de Cuba han creado negocios paralelos que los cubanos están aprovechando para sacar dinero. Entre los negocios más comunes esta la reventa de tarjetas prepagadas, venta de audífonos, venta de comida y la renta de conexión utilizando técnicas de redes.
Otra actividad muy común son la venta de servicios profesionales como instalar aplicaciones, IMO (la primera aplicación a la que han tenido acceso los cubanos de forma masiva para realizar video llamadas) o abrir una cuenta de Facebook.
La economía relacionada con los puntos inalámbricos en Cuba se ha disparado, asegura Díaz: «la gente están dos, tres, cinco horas conectados hasta la medianoche o la madrugada y compran comida, bebidas. Los establecimientos que antes cerraban temprano ahora han extendido sus horarios» publico Martí Noticias.
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