El designado gobernante cubano Miguel Díaz-Canel está culpando a los revendedores y al embargo estadounidense de la actual escasez de medicamentos en la Isla, en medio de la crisis sanitaria que se vive por la pandemia de Covid-19, y el colapso de los hospitales del país, recoge Diario de Cuba.
Según el impopular líder comunista, «se acabó ya la contemplación en los territorios con la venta ilegal de medicamentos».
«Eso no se puede permitir y más nada. Eso nos está caldeando la situación con la población y es una cosa que en estos momentos no se puede permitir. Y estamos pasivos ante eso», sostuvo en un encuentro televisado.
Díaz-Canel ordenó que los fármacos que se confisquen sean trasladados a los hospitales, centros de aislamiento y otras instalaciones dedicadas a la salud.
Mientras el primer ministro Manuel Marrero, que esta semana aseguró no había que avergonzarse porque el Covid-19 haya rebasado la capacidad del sistema de salud cubano, ahora instó a los gobernadores a «hacer un análisis profundo de las ventas ilegales de medicamentos en cada uno de los territorios».
«No estamos hablando de alguien que está ayudando a alguien, como se ha pedido. Es un blister (envase) en 2.000 pesos, hay medicamentos en 3.000 pesos. Es una cosa exagerada, es un abuso»,añadió.
Con estas declaraciones el Gobierno castrista está intentando desligarse de su mala gestión ante la pandemia, algo de lo que hay suficientes evidencias, para que sean los dirigentes del país los principales responsables del fallecimiento de personas por negligencias, o por la simple razón de que una ambulancia no tuvo combustible para trasladar a un paciente a un hospital en tiempo.
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