La Agencia Central de Inteligencia (CIA) aseguró que la mayoría de los casos del «Síndrome de La Habana» no están asociados a enemigos de Estados Unidos.
Los hallazgos de la CIA, según un funcionario familiarizado con la investigación que habló bajo condición de anonimato ha generado críticas inmediatas de quienes informaron casos y de defensores que acusan al gobierno de descartar durante mucho tiempo la variedad de dolencias.
Los investigadores han estudiado cientos de casos reportados a nivel mundial por oficiales de inteligencia, diplomáticos y personal militar de EE. UU. y si las lesiones son causadas por la exposición a formas de energía dirigida.
Las personas afectadas han reportado dolores de cabeza, mareos, náuseas y otros síntomas compatibles con lesiones cerebrales traumáticas.
La mayoría de los casos que están siendo revisados por los oficiales de inteligencia se han relacionado con otras condiciones médicas conocidas o con factores ambientales, dijo el funcionario, y agregó que en algunos casos, los exámenes médicos han revelado tumores cerebrales o infecciones bacterianas no diagnosticados.
En un comunicado, el director de la CIA, William Burns, dijo que el compromiso de la agencia con la salud de sus oficiales era “inquebrantable”.
Los demócratas y republicanos han presionado a la administración del presidente Joe Biden para que determine quién y qué podría ser responsable y mejore el tratamiento de las víctimas. Biden firmó el año pasado un proyecto de ley destinado a brindar una mejor atención médica.
El secretario de Estado, Antony Blinken, envió una carta a los empleados del departamento asegurándoles que continuarían las investigaciones sobre los incidentes, al igual que los esfuerzos para mejorar la atención.
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