Detienen a activista por visitar a la madre de los hermanos Ruiz Urquiola en Viñales: «La solidaridad no puede ser un delito»

Viral en redes sociales, la denuncia de la detención del activista Adelth Bonne Gamboa, quien fue a visitar a Isabel Urquiola, madre de los hermanos Ariel y Omara Ruiz Urquiola, en su finca en Viñales, provincia Pinar del Río, este sábado 12 de noviembre.

Según el opositor Ariel Ruiz, el joven fue arrestado en la finca de Isabel Urquiola, el muchacho se encontraba ayudando a la madre de ambos disidentes a los cuales el régimen cubano les impide la entrada al país.

«Esta persona Adelth me ha sorprendido, una persona solidaria, yo nunca lo conocí en Cuba, y está ayudando a mi madre, ya que ni mi hermana ni yo podemos hacerlo por las razones que ya ustedes saben, porque el régimen cubano nos prohibe regresar a Cuba. A pesar de que mi hermana y yo somos personas enfermas, que estamos bajo tratamiento por las torturas médicas de la dictadura», denunció el activista.

«Siento vergüenza ajena por lo que están haciendo estos sicarios, se han llevado a Adelth con el pretexto de una declaración. Horas antes había subido el jefe de sector, una persona que se ha llevado detenidos a muchísimos cubanos, supuestamente por prostitución, en el pueblo de Viñales, yo coincidí con bastantes de ellos en la prisión de Kilo 5», añadió.

«Estos son los tipos amorales de los que se vale la familia Castro y Canel para doblegar al pueblo de Cuba, que todavía bastante dignidad tiene para las condiciones a las que han sido sometidos a vivir…», sentenció.

«¿Qué delito cometió Adelth Bonne Gamboa para que la policía tenga que llevárselo de la finca de los Urquiola? Y si había un asunto no criminal que conversar, ¿por qué no pudo tramitarse en ese mismo sitio?», cuestionó por su parte el opositor Manuel De la Cruz.

«Adelth ahora mismo está siendo reprimido simplemente por su visibilidad, por solidarizarse con la madre de Omara Isabel Ruiz Urquiola, ayudarle en sus quehaceres y amplificar en las redes su situación», lamentó.

«Por hacer, de corazón y sin otro fin que el amor mismo, lo que hacen los Caneles y los Gerardos para articular luego post cheísimos sobre una solidaridad prefabricada. Y entonces, dice Canel que a Cuba hay que ponerle corazón y que aman el amor y odian el odio y todo ese anacronismo cínico. Váyanse ya que cada vez son más absurdos y caóticos», concluyó.

Arbitrariedades como estas se cometen a diario en Cuba, desde el 11 de julio de 2021 con mayor frecuencia, un país donde las personas son vigiladas y castigadas con penas de hasta 20 y 30 años de cárcel por el simple hecho de manifestarse por el hartazgo que produce sobrevivir bajo un sistema criminal y totalitario.