La activista Masiel Rubio, exiliada en Madrid, pidió ayuda a través de redes sociales, para un menor cubano internado en «el nuevo Hospital Instituto Nacional de Neurología en La Habana«, ya que el niño está necesitando medicamentos para tratar el Síndrome de Lennox Gastault que le aqueja.
«Ahora mismo está convulsionando entre 150 y 170 veces al día, y eso deteriora progresivamente su organismo. Su madre, de provincia, que viaja sola con él casi todos los meses por ingresos constantes del niño, está desesperada. Casi nunca hay el medicamento que lleva», explicó Rubio junto a imágenes del menor.
Según la publicación de la activista, el niño necesita Levetiracetam y Clonazepam para poder sobrellevar su enfermerdad.
El nombre de la madre del pequeño es Jiordys y el número donde puede ser localizada es +53 58009407.
«Lo pongo aquí para que puedan verlo no solo los grupos de ayuda con los que colaboramos, sino cualquiera que pueda ayudarla. Es un caso nuestro de hace mucho, por ser de los más delicados. Mil gracias de antemano. Y compartan al menos para que esto se solucione lo más rápido posible. Recuerden que su madre no puede moverse del hospital», aclaró Masiel.
Luego pondría una actualización de la situación, donde detalló que dos personas una en Santa Clara, y otra en Cienfuegos tienen Levetiracetam, el medicamento más difícil de conseguir, pero necesitan hacerlo llegar cuanto antes a La Habana, y no encuentran el modo.
Casos como el de este menor son frecuentes en Cuba, donde en los últimos años escasean casi todos los medicamentos, desde los de última generación para tratar enfermedades de este tipo y otras, al igual que medicinas básicas para la presión arterial, el asma, e incluso antibióticos, dipirona y otros analgésicos.
El verano pasado, el ministro de Salud cubano José Angel Portal Miranda, reveló en entrevista con la prensa oficialista, que la crisis con los medicamentos en el país caribeño no se resolvería a corto plazo. A fines de 2022, un frasco de amoxicilina, medicamento en falta en las farmacias estatales de la Isla, costaba alrededor de 300 pesos en el mercado negro.
Volviendo al mismo caso, Rubio, quien desde España se dedica a reunir medicamentos para enviarlos a Cuba, volvió a las redes hace pocas horas para decir que «ya hay varias personas que están gestionando el clonazepam». La activista agradeció también a todas las personas que se han interesado en ayudar, e indicó que no ha quitado el post porque la madre necesita reserva de estos medicamentos, ya que debido a la enfermedad el pequeño ingresa constantemente al hospital donde no hay las medicinas que necesita, y ya ha perdido capacidades de movilidad y del habla debido a las frecuentes crisis.