Madre cubana denuncia su hija de 13 años fue asaltada en Playa, La Habana, para arrebatarle un celular

Madre cubana residente en Madrid, España, denunció en redes su hija de tan solo 13 años fue asaltada en el municipio Playa, La Habana, a plena luz del día ayer domingo 28 de mayo.

Según Elizabeth Valdés, el asalto tuvo lugar en Calle 52, entre 23 y 25 municipio Playa, cuando dos jovenes con pañuelos cubriendo su boca le fueron arriba a la niña para quitarle el celular.

«Mi hija venía de una casa de estudio y el teléfono lo traía en el short, ni siquiera en la mano», contó Valdés.

«La obligaron a entregárselo, ella se negó y le apretaron la mano, le viraron los dedos y le hicieron un arañazo poco profundo con «algo cortante». Cuba se ha convertido en una cueva de ladrones y asaltantes, es terrible pensar en un cuerpo policial enorme para reprimir y abusar con personas que piensan diferentes (como pasó el 11J ), y que no haya patrulleros para cuidar que no pasen estas cosas a una niña, a ancianos, a cualquiera», agregó la madre indignada.

«(Miguel) Díaz-Canel estás matando de hambre a un pueblo, estás creando violencia y terror, cojan sus millones y lárguense de la isla ya. Cuba es una dictadura», sentenció.

«Mi hija no va más a casa de estudios y si empeora la violencia no irá ni a la escuela, total hasta la educación cubana es una porquería. La pandemia más grande de la isla es él HAMBRE. Cuídense dictadores de una guerra civil ya tienen el primer elemento crisis económica y social», concluyó.

Cada vez son más las denuncias de este tipo en la Isla cárcel, donde se advierte una escalada de violencia y asaltos incluso en el horario diurno, como ocurrió en este caso.

La Mayor de las Antillas está muy lejos de ser ese lugar tranquilo donde nunca ocurre nada, como quiere vender el régimen a los turistas para que vayan a gastar sus dólares al país.

Tanto en el campo como en la capital la ola de violencia se ha acrecentado, y la población realmente está alarmada por los actos vandálicos que se han vuelto un fenómeno incontrolable, mientras las autoridades emplean todos sus recursos en la persecución política.