Recientemente, por indicación del Ministerio de la Industria Alimentaria en Cuba, se ha retomado la producción del jugo de mango marca Taoro en la Fábrica de Conservas de Yara, en Granma, un producto muy demandado por la población cubana debido a su exquisito sabor. Sin embargo, también comenzarán a producirse en la entidad, jugo de tomate y néctares de piña, tamarindo y guayaba.
Esta indicación responde a la necesidad de obtener divisas que contribuyan al desarrollo del país en sentido general y a la modernización de la fábrica en particular, pues los productos serán exportados a países como China, México y España que ya han manifestado su intención de adquirirlos. China, por su parte, tendrá el privilegio de contar con las primeras producciones, que se comercializarán en una feria internacional que tendrá lugar en dicho país, lo cual a su vez beneficiará a la isla con la inserción de los productos en el mercado asiático a fin de alcanzar un buen posicionamiento en el mismo. No obstante, si bien la prioridad es el mercado internacional, igualmente se prevé su comercialización dentro del territorio nacional.
Como parte de este proyecto, se han contratado a México aproximadamente 10 millones de latas, que constituirán el envase del prestigioso jugo de mango Taoro, cuya producción a escala industrial estuvo precedida por una especie de prueba tecnológica realizada con el objetivo de evaluar cuestiones técnicas y de calidad del proceso, que permitió la obtención de unas 7800 latas del mentado jugo.
Según declaraciones prestadas por el director de la fábrica, Juan Franklin Almirall Rodríguez, al periódico cubano «La Demajagua», el plan para diciembre es producir diariamente entre 50 mil y 60 mil latas de jugo. Si los resultados son positivos, se prevé realizar varias acciones para mejorar las condiciones del lugar. Al respecto expresó: «Con los ingresos en divisas debemos inicialmente, hermetizar el local, climatizarlo, comprar una fechadora, una retractiladora y un montacarga eléctrico para esa línea, además de completar los recursos del laboratorio, que también influyen en la calidad».
Asimismo, el directivo recalcó que no se había completado el proceso de reparación de la entidad, para el cual se destinaron 2 millones de pesos cubanos, debido a la escasez de recursos y que dicho proceso incluía lo relativo a la inocuidad del producto y al tratamiento de residuales. En cuanto a este último aspecto señaló que la meta era construir una laguna de oxidación con el propósito de depurar las aguas residuales industriales sujetas a biodegradación, obra que hasta la fecha no se ha podido efectuar por falta de financiamiento.
Esta situación de precariedad y carencia de recursos es común en varias instalaciones del país, tal es el caso de la empresa de refrescos «Los Portales», cuya producción en el mes de agosto estuvo afectada por la falta de envases y de materias primas como el azúcar, lo cual ha conllevado a la modificación de sus fórmulas certificadas.
Otro ejemplo extremo es el cierre en el mes de febrero de tres fábricas de conservas en Santiago de Cuba, lo que generó la interrupción de la venta de compotas de frutas destinadas a los niños a través de la canasta básica normada.
Actualmente se mantiene produciendo únicamente la empresa «El Caney», caracterizada por su liderazgo en el procesamiento del mango para la elaboración de compotas, sin embargo, el estado de la misma fue descrito en una nota del diario local «Sierra Maestra, en la que se expuso: «De la citada línea de compota apenas quedan fotos de archivo, tampoco existe disponibilidad de tanques asépticos, la obsolescencia se ha apoderado de la tecnología industrial, y al recibirse solamente 1046 toneladas, el pasado 2022 clasifica como uno de los peores en el procesamiento del mango».