Ángel, junto con sus hermanos César y Marcos, son trillizos idénticos que provienen de Sancti Spíritus, específicamente de la bulliciosa ciudad de Trinidad. Su viaje comenzó hace 25 años cuando se mudaron a La Habana en busca de nuevas oportunidades. Fue en las vibrantes calles de La Habana donde cultivaron su pasión por la danza, perfeccionando sus habilidades en la prestigiosa Escuela Nacional de Ballet de Cuba.
Un grupo de jóvenes talentosos se han destacado en el mundo del ballet dentro de Estados Unidos. Entre ellos se encuentra Ángel, quien se está haciendo un nombre en Atlanta como un destacado bailarín de ascendencia hispana.
El Atlanta Ballet está formado por un grupo diverso de 40 bailarines que combinan estilos de danza tradicional y moderna. Ángel ha encontrado grandes oportunidades de crecimiento y aprendizaje en su carrera como bailarín dentro de esta institución
A su llegada a los Estados Unidos, rápidamente se dio cuenta del estilo único de baile que prevalece en ese país: «El énfasis en la versatilidad del movimiento fue un cambio refrescante para mí. Marcó un cambio significativo en mi enfoque de enseñanza», añadiendo: «De ahora en adelante, estoy emocionado de poder construir sobre esta nueva base», explicó Ángel.
Observó una empresa que opera sin jerarquías, lo que permite que personas de diversos orígenes asuman diferentes responsabilidades y roles.
Durante seis años, Ángel ha estado separado de su país natal, Cuba, con el corazón dolorido por su amada familia, particularmente por sus padres: los reconocidos artistas Remberto Ramírez y Marta Castellanos.
Durante una entrevista con Univisión 34 Atlanta, el joven cubano expresó su añoranza por la sazón de su padre y la comida de casa.