El estado del Sol se destaca por poseer un clima cálido sumamente agradable, paradisíacas playas y un agitado tráfico.
Sin embargo, también ha sido catalogada como la capital mundial de los ataques de tiburones.
Datos del Archivo Internacional de Ataques de Tiburones (ISAF) del Museo de Historia Natural de Florida reflejan que dicho estado ocupó el año pasado el primer lugar en Estados Unidos en cuanto a mordeduras no provocadas por estos depredadores. Específicamente, en el 2023 se registraron dieciséis ataques no provocados de tiburones en las aguas del este, cifra que representa el 44% del total de sucesos de esta índole en la nación norteña y el 23% a nivel mundial.
El informe en cuestión define los ataques no provocados como aquellos incidentes en que una persona es víctima de una mordedura de un tiburón en su hábitat marino sin haber incitado la reacción violenta del mismo.
La mentada entidad reveló que el mayor número de ataques no provocados de tiburones en Florida ocurrieron en el condado de Volusia con ocho de los dieciséis casos de mordeduras. El resto de este tipo de episodios se distribuyó de la siguiente manera: dos en el condado de Brevard, dos en el condado de Santa Lucía, así como uno en los condados de Miami-Dade, Palm-Beach, Escambia y Pinellas.
Hawaii se erigió como el segundo estado del gigante del norte con más ataques no provocados de escualos, alcanzando la cifra de ocho, uno de estos mortal. En Nueva York se produjeron cuatro mordeduras, en California dos, una fatal y en Carolina del Norte tres. También figuran en la lista de estos eventos desagradables Carolina del Sur y Nueva Jersey con dos y uno respectivamente.
El 42% de las personas atacadas estaban surfeando o practicando deportes con tabla, mientras que el 39% correspondió a nadadores o vadeadores. El 13% de las víctimas se encontraba buceando con esnórquel o de manera libre y el 6% realizaba otras actividades, en virtud de lo expuesto en el mentado informe del ISAF.
A nivel global Estados Unidos volvió a liderar la lista de ataques no provocados de tiburones el año pasado con treinta y seis incidentes, cinco menos que en el año 2022.
De ese total, afortunadamente solo dos personas perdieron la vida.
Australia se ubicó en la segunda posición con 15 ataques en el 2023, cuatro de estos mortales.