Recientemente, se produjo en México el asesinato de un joven cubano, un hecho que ha dejado devastados a sus seres queridos, quienes han comenzado a solicitar ayuda a los efectos de lograr la repatriación de su cuerpo.
La víctima, identificada como Eric Marcos Reyes Pupo, tenía apenas 26 años y nació en Puerto Padre, Las Tunas. Abandonó la isla y se radicó en el país azteca con el objetivo de arribar a Estados Unidos, reencontrarse con su madre y luchar por un futuro mejor.
Erick pretendía ingresar a la nación norteña a través de su frontera con México. De hecho, ya tenía programada su cita en un puerto de entrada mediante el uso de la aplicación CBP One y, además, estaba recibiendo apoyo de parte de un conocido, sin embargo, perdió su vida de forma repentina sin concretar uno de sus mayores anhelos.
Un amigo dio a conocer que en la zona donde residía el antillano en México se produjo un corte del fluido eléctrico y que este fue impactado por una bala en la frente.
Se presume que está involucrada en el fatídico hecho una mujer mexicana con la cual el joven mantenía un vínculo amoroso.
«La mujer no quería que se fuera pa’ donde estaba su mamá. Le quitó el pasaporte», agregó el mentado amigo, quien decidió ocultar su identidad.
La progenitora de Erick vive en Estados Unidos y su hermano en la mayor de las Antillas. La familia está consternada con el inesperado acontecimiento y desea que el cuerpo del joven sea trasladado a su tierra natal para ofrecerle sepultura y una digna despedida.
Sin dudas este lamentable suceso pone de relieve los desafíos que afrontan los cubanos en aras de emigrar al gigante del norte, entre los cuales continúa latente la violencia. Muchos optan por arriesgar sus vidas con la esperanza de hallar un escenario económico, político y social más favorable.
La comunidad cubana existente en México y en Estados Unidos están aunando esfuerzos para apoyar a los familiares del joven en medio de esta tragedia.