Atleta cubano pone en venta teléfono que le obsequiaron en los Juegos Olímpicos de París 2024 por poco menos de 1000 dólares

Foto: Cuba en Miami

Las necesidades y carencias que tienen los cubanos afectan también a deportistas que son bastante conocidos en la isla y que representan al país en eventos internacionales, como es el caso de triplista Andy Hechavarría que recientemente participó en las recién concluidas Olimpiadas de París 2024.

El saltador residente en la capital cubana decidió poner a la venta el teléfono obsequiado por los organizadores de los juegos y generó gran polémica en las redes sociales que ponen de manifiesto las escaseces y las alternativas que emplean los cubanos para sobrevivir a la crisis generalizada.


A través de una publicación que hizo el atleta en el grupo «teléfonos habana» en Facebook anunció que ponía el móvil Samsung Galaxy Z Flip 6 de edición limitada, a la venta por un valor de 900 dólares. En las imágenes se puede apreciar la característica física del móvil de doblarse a la mitad, así como la aclaración que hace su vendedor diciendo que es el de los juegos que terminaron el pasado domingo.

El anuncio del deportista natural de Holguín no pasó inadvertido entre los usuarios que criticaron su actitud al vender un obsequio de tal importancia para sí mismo, mientras otros encendieron el debate al hacer alusión a la personal decisión del atleta de hacer lo que desee con su teléfono.

De igual forma varios internautas resaltaron que ni los propios atletas que salen al exterior escapan de las necesidades de todo un pueblo que tiene que hacer malabares para poder comprar comida y otros insumos para sobrevivir.

Andy, de acuerdo con lo que expone swincompleto.com, tuvo buen desempeño en la etapa clasificatoria del triple salto, sin embargo, se vio imposibilitado de acceder a la discusión de las medallas teniendo en cuenta que su mejor intento fue de 16.70 metros. A pesar de eso al igual que los atletas que participaron en los juegos de los cuatro aros recibió como obsequio el teléfono inteligente que salió al mercado antes de las competiciones.

El perfil de X «Liborio» colgó la publicación de Hechavarría en el grupo de venta de teléfonos y destacó como los deportistas también se enfrentan al caótico escenario de vender lo que sea posible para poder subsistir en la isla.


https://twitter.com/yosoyliborio/status/1823195465124348101

El modelo de teléfono del que se hace referencia no es uno como cualquier otro, primeramente, cuenta con el logo de los juegos lo que lo hace mucho más atrayente, además solo lo tienen la cantidad de personas que participaron en el evento deportivo internacional. Más allá del significado personal que pueda representar para cada atleta cuenta con un conjunto de prestaciones de alto nivel que lo hace más rentable.

Cuenta con una pantalla Dynamic AMOLED 2x de 6.7 pulgadas, la cámara trasera incluye un sensor principal de 50 MP y uno ultra gran angular de 12 MP. Además, posee un microprocesador Snapdragon 8 Gen 31 y una memoria de 12 GB de RAM más opciones para 256 GB o 512 GB de almacenamiento interno. Dado lo anterior más el carácter limitado que tiene puede superar los 2.000 dólares en el mercado.

Esta no es la única ocasión en que un atleta de la Mayor de las Antillas decide poner a la venta artículos que perciben en un evento internacional. El año pasado el estelar púgil cubano Roniel Iglesias vendió por un valor de 83.188 dólares la medalla de oro que obtuvo en las olimpiadas de Tokyo 2020. Al principio se pensaba que no pasaría de los 50.000 dólares, pero la realidad es que fue mucho más valiosa que eso.

Así mismo sucedió con Mario Kindelán quien puso a la venta su medalla de oro de Sydney 2000 porque no tenía nada para comer. En una entrevista a Play off magazine el holguinero manifestó no tener cargo de conciencia por vender la presea olímpica.

«No me arrepiento. La vendí porque me vi en una situación crítica. No tenía prácticamente nada para comer ni para mantener a mis hijas, y tuve problemas personales que me llevaron al divorcio. La vendí porque era mejor tener cuatro o cinco pesos para poder comer que desertar», argumentó el experimentado boxeador cubano.


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