Anualmente en Estados Unidos el Día del Trabajador se conmemora el primer lunes de septiembre y es una jornada festiva de carácter especial en esta nación, pues durante la misma se le rinde tributo a la labor desempeñada por todos los trabajadores.
En este día feriado son muy comunes los encuentros familiares, así como la realización de desfiles en las calles y de parrilladas que ofrecen distintas carnes con un sabor exquisito, aunque dicha celebración no se limita al desarrollo de actividades festivas y a la venta de disímiles productos en los establecimientos comerciales. A continuación, se exponen algunas pinceladas sobre la historia de esta festividad nacional.
En los últimos años del siglo XIX, la media de los empleados trabajaba durante siete días y el horario laboral era de 12 horas diarias, incluso figuraban como trabajadores hasta niños de apenas cinco años.
La iniciativa de establecer un día para honrar a la clase trabajadora se remonta a finales del siglo XIX a raíz de la aparición y evolución de varios movimientos laborales. En septiembre de 1882 se celebró en Nueva York el primer desfile del Día del Trabajo auspiciado por los sindicatos de esta ciudad a los efectos realzar la definición y la misión de dichas organizaciones y de homenajear a los trabajadores que las integraban.
Rápidamente dicha práctica se extendió a otros estados que también comenzaron a efectuar desfiles en el transcurso del citado mes y cinco años después algunos de estos establecieron oficialmente el «Día del Trabajo» como feriado estatal.
El 28 de junio de 1894 el presidente Grover Cleveland promulgó una ley en virtud de la cual el Día del Trabajo se constituyó como feriado federal, quedando fijada su celebración para el primer lunes de septiembre con carácter anual.
Las actividades que se llevan a cabo en el contexto actual y que abarcan desfiles y tertulias, guardan mucha similitud con las desarrolladas en aquel entonces.
De acuerdo a lo expuesto por el Departamento de Trabajo, los promotores de la celebración alegaron que efectuar un desfile pondría de relieve «‘la fuerza y el espíritu de cuerpo de las organizaciones comerciales y laborales’ de la comunidad».
Además, se solían hacer festivales a los que asistían los trabajadores acompañados por sus familiares con el objetivo de que tuviesen la oportunidad de distraerse y de celebrar sus aportes al país.
Con el decursar del tiempo, la celebración se enfocó más en su trascendencia para la economía y la sociedad civil y empezaron a pronunciarse discursos para enaltecer los logros de los trabajadores estadounidenses.
Actualmente algunas ciudades mantienen viva la tradición de realizar desfiles en este día tan significativo, pero el propósito fundamental del feriado es festejar el verano. Las celebraciones en la playa y las barbacoas predominan, superando a las disertaciones sindicales y a las agrupaciones musicales.
La conmemoración igualmente ha sido aprovechada por muchas empresas para desarrollar ciertas estrategias de marketing al proporcionar una amplia variedad de ofertas durante esta jornada que incluyen hasta comida gratis.
A lo largo de todos estos años se ha consolidado una especie de regla que consiste en la prohibición de vestirse de blanco con posterioridad al Día del Trabajo y sus orígenes son muy peculiares.
Algunos especialistas en moda plantean que dicho código de vestimenta está asociado al hecho de que el Día del Trabajo marca el fin de la etapa veraniega y el blanco ha sido concebido tradicionalmente como un color propio de esta estación marcada por el intenso calor, no obstante, otras teorías indican que se erigió como una forma de distinguir entre las personas adineradas y aquellas más humildes, pues estas no tenían la posibilidad de adquirir ropa de temporada.
En cualquier caso, esta regla ha ido perdiendo fuerza y hoy en día gran parte de la gente que vive en Estados Unidos utilizan prendas de color blanco después del Día del Trabajo. Por ejemplo, la casa de la moda Coco Chanel es muy popular por ofrecer ropa blanca durante todo el año.
