En la mañana de este martes ocurrió un accidente entre dos aviones, uno de ellos de la aerolínea estadounidense Delta, que favorablemente no dejó ningún herido. El choque se produjo en una pista de rodaje del Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson en Atlanta cuando al avión más pequeño le arrancaron la cola.
Informes de la Administración Federal de Aviación (FAA por sus siglas en inglés) y de Delta plantean que el vuelo 295 de esta aerolínea que debía cubrir la ruta Atlanta-Tokio se trasladaba por la pista de rodaje para realizar su despegue posteriormente. Sin embargo, en un instante golpeó con una de sus alas la cola del vuelo 5526 de Endeavor Air que se trasladaría a Louisiana derribándola completamente.
La FAA explicó que el choque entre las dos aeronaves se produjo sobre las 10:10 am hora local en una intersección de dos calles de rodaje del aeródromo y que en ninguno de los dos medios de transporte se reportaron heridos por el impacto. «Hay un impacto mínimo en las operaciones aeroportuarias» destaca un vocero del Hartsfield-Jackson.
«Los pasajeros de uno de los aviones están siendo trasladados en autobús desde el incidente hasta los vestíbulos», añadió el portavoz del aeropuerto quién agregó que el segundo avión se trasladó por sus propios medios hasta una zona donde los pasajeros podrán desembarcar en su puerta de embarque correspondiente.
El meteorólogo de News Tampa Jason Adams y la reportera de WPTV Kate Hussey estaban dentro del avión de Delta con destino a Lafayette, Luisiana cuando sintieron el chillido del rose de metal con metal. «Estábamos rodando, todo era normal. Las azafatas tomaron sus medidas de seguridad, sus precauciones de seguridad se sentaron y yo me puse mis AirPods, estaba escuchando música y de repente, como de la nada, ¡bang!”, dijo el meteorólogo.
Por otro lado, Kate dijo a Telemundo 51 que ella y los demás pasajeros estuvieron más de 45 minutos antes que le indicaran que tenían que salir de la aeronave y los trasladaran a la terminal en un autobús. Así mismo apuntó que el ruido del roce duró aproximadamente unos 15 minutos.
“Estábamos todos sentados allí, y luego una de las azafatas pasó del frente del avión a la parte trasera, como si estuviera agarrando tu pecho, respirando con dificultad, como si ella también estuviera aterrorizada”, comentó Jason. «La gente gritaba, nadie sabía lo que estaba pasando, y luego todos nos sentamos allí y dijimos, estamos bien, todos están bien».