Trasciende un nuevo video de Ana de Armas en Cuba con el hijastro de Díaz-Canel y las críticas hacia ella aumentan

El romance de la destacada actriz Ana de Armas con el hijastro de Díaz-Canel ha desatado un intenso debate mediático. La joven ha recibido múltiples críticas por parte de un significativo número de cubanos en el exilio debido a su acercamiento a la élite de poder existente en dicha nación en medio de la cruda realidad que vive su población, marcada por la pobreza y la represión política.

Recientemente, el medio de noticias Cubanos por el Mundo publicó un video en su cuenta de Instagram en el que aparece la estrella de Hollywood en la mayor de las Antillas ingresando a un auto en el que la esperaba Manuel Anido Cuesta, quien funge como asesor de su padrastro, una prueba más de que su relación de pareja persiste amén del escándalo en que se encuentran envueltos ambos. Las imágenes también ponen de relieve como la intérprete de Marilyn Monroe en la película de «Blonde» disfruta de disímiles beneficios como pasear en vehículos que pertenecen a la cúpula gobernante, lo cual no constituye una sorpresa tras entablar un noviazgo con un miembro de la misma.

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El video estuvo acompañado por las siguientes palabras: «Filtran vídeo de como Ana de Armas se mueve en Cuba con los carros de la élite castrista con su nuevo amor, el hijastro y asesor de Díaz-Canel; junto con sus amiguitos, mientras la dictadura pide a los cubanos creatividad para salir de la miseria».

La publicación ha generado la reacción de decenas de usuarios y la gran mayoría de ellos han manifestado su repudio hacia la artista y su indignación por su estrecho vínculo con el régimen cubano. Algunos le echaron en cara su indolencia hacia la crítica situación que está atravesando el pueblo y la criticaron por aprovecharse de los privilegios exclusivos de los cuales solo gozan los representantes de la dictadura, llegando incluso a catalogarla de desvergonzada y de comunista burguesa.

Entre los comentarios realizados se encuentran: «Ella no nos representa porque nunca le ha importado el dolor de su pueblo», «Socialismo para el pueblo y Capitalismo Salvaje para ellos», «Esa muchacha siempre estuvo en «ese lado de la cama»… Esta es la confirmación», «Él se fijó en Ella porque es famosa. Mientras Ella no era nadie y tuvo que salir de esa dictadura para poder ser alguien»; «Como siempre lo ancho para ellos y lo estrecho para el pueblo, esa debe de ser otra espía más, pero ahora llega aquí a tierra de libertad y no pasa nada», «Buen carro, gasolina, en fin, y el pueblo comiendo de la basura y a oscuras» y «Si tiene vínculos directo con los narcos del régimen deberían investigarla. Que la deporten».

La relación amorosa entre Ana de Armas y Manuel Manido Cuesta se confirmó este mes cuando la revista ¡HOLA! compartió fotografías de ambos paseando por Madrid, disfrutando de una cena en el lujoso restaurante italiano Numa Pompilio y fundiéndose en un apasionado beso que deja poco espacio a las dudas.

Lo cierto es que desde entonces la actriz ha sido blanco de fuertes cuestionamientos, suscitándose un enorme revuelo en las redes sociales. Por ejemplo, hace varios días la cubanoamericana Ana Margarita Martínez, quien fue esposa del espía al servicio de la dictadura de la isla, Juan Pablo Roque, expuso su irritación con motivo del romance en cuestión a través de una publicación en su perfil de Facebook, recalcando que no le causó asombro, pero que sí le «repugna profundamente».

Igualmente, señaló: «Ana de Armas es una de ellos. Su relación expone su complicidad con el mismo régimen que ha oprimido y silenciado a tantos cubanos durante décadas».

Además, enfatizó: «Se trata de la misma mujer que interpretó mi personaje en una película que fue filmada parcialmente en La Habana, con el beneplácito del régimen de Castro, y que distorsionó un episodio horrible de mi vida».

Por último, aseguró: «A Ana de Armas nunca le preocupó la verdad. El sufrimiento de sus compatriotas cubanos, muchos de ellos todavía confinados en prisiones de la isla, le ha importado poco. Ahora sabemos por qué».