Este lunes, el famoso actor, director y productor estadounidense Kevin Costner fue recibido por el presidente cubano Miguel Díaz-Canel en el Palacio de la Revolución.
Según un tuit de la presidencia cubana, Costner está en la isla para explorar «arqueología subacuática», intentando aclarar que la visita no debe vincularse a ninguna implicación política.
Este es el segundo viaje del ganador del Óscar a Cuba. Su primer viaje a la isla tuvo lugar en 2001, durante el cual presentó su película «Trece días», inspirada en los acontecimientos de la Crisis de los Misiles de Cuba de 1962.
En esa ocasión, pasó varias horas con Fidel Castro, lo que generó un debate sobre el clima político de Cuba y sus vínculos con Estados Unidos.
En esta reciente visita, Costner exploró el Museo Castillo de La Real Fuerza en La Habana, demostrando una gran fascinación por los artefactos arqueológicos subacuáticos que aparecen en las exhibiciones del museo.
Costner visitó el sitio histórico en compañía del arqueólogo subacuático cubano Alejandro Mirabal, recibiendo una cálida bienvenida de Perla Rosales Aguirreurret, subdirectora de la Oficina del Historiador de La Habana.
Sobre el encuentro con Díaz-Canel no han trascendido más detalles, salvo lo anunciado por la Presidencia cubana, que incluyó una foto que capta al actor y al mandatario en un intercambio amistoso.
La aparición de una celebridad mundial como Kevin Costner permite al gobierno cubano transmitir una sensación de estabilidad y atractivo cultural, en el marco de una grave crisis económica caracterizada por la falta de suministros esenciales como alimentos y medicinas, junto con una salida significativa de cubanos.
El encuentro con Díaz-Canel, aunque aparentemente carente de intenciones políticas, refuerza el enfoque de presentar a Cuba como un lugar que acoge a líderes extranjeros y fomenta la colaboración con organismos gubernamentales. Sin embargo, esta narrativa ignora la opresión política subyacente y los desafíos humanitarios que enfrenta el pueblo cubano.
Costner ha adoptado una posición de neutralidad, evitando comentarios que pudieran verse como una crítica al gobierno.
Esto no impide que la maquinaria de propaganda del gobierno utilice su imagen para reforzar la percepción de que Cuba sigue siendo un lugar atractivo para personalidades internacionales.
La presencia de una estrella de Hollywood representa una oportunidad para que el régimen demuestre que todavía atrae a personalidades notables de Estados Unidos, pese a las tensas relaciones entre ambas administraciones.
