Esta primavera, ha crecido la cantidad de canadienses que están considerando vender sus casas de vacaciones en las cálidas Florida y Arizona, impulsados en gran parte por el abrupto enfriamiento que ha afectado las relaciones entre Canadá y Estados Unidos.
Los agentes inmobiliarios reportan un aumento en el número de canadienses que están vendiendo, lo que contribuye a la disminución de los precios de las viviendas en los estados cálidos, los cuales han sido un imán para jubilados y viajeros que vienen del frío Canadá.
Entre abril de 2023 y marzo de 2024, aproximadamente 6.000 millones de dólares fueron invertidos por canadienses en el sector inmobiliario de Estados Unidos, lo que equivale al 13% del total de transacciones realizadas por compradores internacionales, superando a cualquier otro país. De estas adquisiciones, cerca de la mitad correspondió a residencias vacacionales, siendo Florida, Arizona y Hawái las regiones más demandadas.
Tracy y Dale McMullen vendieron su casa de vacaciones la semana anterior después de cinco años como propietarios. Ambos residentes que pasaban entre cuatro y cinco meses en Arizona decidieron irse sin posibilidad de regresar.
«Decidimos vender la propiedad después de que el actual presidente asumió el cargo», comentó Dale, aludiendo a Donald Trump, quien inició su segundo mandato en enero. «Era hora de irse. Sentíamos que no podíamos confiar en lo que él pudiera hacer a nuestro lado como individuos y a nuestro país. Ya no nos sentíamos bienvenidos ni seguros», agregó.
Los ciudadanos canadienses se sienten ofendidos ante las decisiones y comentarios del gobierno de Trump, el cual ha aplicado severos impuestos comerciales a su país vecino, poniendo en riesgo la economía canadiense vinculada a las exportaciones. Las constantes insinuaciones de Trump sobre la posible conversión de Canadá en un estado americano han generado gran malestar.
Las menciones despectivas a Justin Trudeau, quien ahora ya no ocupa el cargo de primer ministro, como gobernador han irritado a los canadienses y herido su sentido de identidad nacional. Por lo tanto, un gran número de canadienses ha decidido no comprar productos de origen estadounidense, tales como el bourbon y artículos agrícolas, además de anular sus planes de viaje a lugares en EE. UU.
En marzo, las estadísticas de Canadá revelaron que los vuelos canadienses de ida y vuelta que provienen de Estados Unidos disminuyeron un 13,5% en comparación con el año anterior. Asimismo, los viajes en automóvil de los ciudadanos canadienses con destino a Estados Unidos se redujeron aproximadamente en un 32%.
El mercado de bienes raíces está experimentando actualmente una caída en la demanda comparable. La agente inmobiliaria en Arizona, Laurie Lavine quien se encargó de ayudar a los McMullens a vender su propiedad reveló a Reuters que antes en el trimestre solía vender entre dos y cuatro propiedades, sin embargo, hoy en día tiene 18 para vender.
La tensión en el comercio y la reciente caída del valor del dólar canadiense están influyendo en este declive, comentó Lavine. Además, los ciudadanos canadienses expresan su descontento porque los oficiales de aduanas de Estados Unidos están implementando normativas más rigurosas para permitir la entrada al país, añadió.
Desde este mes, la administración Trump establece que todos los foráneos de 14 años o más deben registrarse y proporcionar sus huellas dactilares si su estancia supera los 30 días. Los ciudadanos canadienses, que antes podían estar en el país por hasta seis meses sin necesidad de visa, ahora deberán cumplir con esta nueva norma.
Cada vez son más los canadienses que experimentan emociones negativas hacia Estados Unidos y eso está afectando significativamente el mercado inmobiliario de Florida que es uno de los estados más cercanos a Quebec y Ontario, las ciudades con mayor población de Canadá.
«El mercado residencial del sur de la Florida ha dependido durante décadas de la afluencia anual de pájaros de la nieve canadienses que poseen propiedades y pagan impuestos a la propiedad o alquiler durante los meses de invierno, de cualquier manera, un impulso para la economía», afirmó director de investigación económica de Moody’s Analytics, Ermengarde Jabir.
Según Andrea Hartmann, socia gerente de Sandy Hartmann Group, una agencia inmobiliaria en la zona de la Bahía de Tampa, el primer trimestre es típicamente la época más activa para la compra de condominios en la región. Esto sucede al mismo tiempo que muchos visitantes invernales llegan a la ciudad. «Desde principios de año no hemos recibido una oferta de un comprador canadiense ni una sola vez, y normalmente lo haríamos», destacó Andrea.
El sector de bienes raíces en Florida está comenzando a mostrar señales de inestabilidad. Los interesados en adquirir propiedades enfrentan el incremento en las tarifas de los seguros, la inquietud por los efectos del cambio climático y una serie de huracanes destructivos que han ocurrido en años recientes.
En la zona de Tampa-St. Petersburg-Clearwater, el volumen de hipotecas aseguradas para segundas residencias, así como la cantidad de compradores que fijan tasas antes de realizar adquisiciones, experimentó una disminución del 25% en comparación con el año anterior durante el primer trimestre de 2025, según Optimal Blue, una firma especializada en tecnología y datos del sector hipotecario.
«Ahora, con el problema político, el costo de mantener un lugar aquí en Florida y el seguro, muchos de ellos decidieron vender e irse», comentó el propietario de Southwest Coast Realty en Naples, Ken O’Brian quien durante dos décadas asistió a los ciudadanos canadienses para adquirir propiedades en la Florida.
«Ya no hay incentivos para venir a Estados Unidos», comentó Donny B., un oriundo de Ontario que está tratando de deshacerse de sus dos inmuebles de inversión en Florida. Similar a otros migrantes de invierno consultados para este reportaje, no quiso revelar su apellido, mencionando que le preocupaba una posible represalia.
Mencionó además que optó por vender por la inestabilidad política, las variaciones en la tasa de cambio y la duda sobre si los residentes de Florida seguirían recibiendo a los canadienses en la situación actual. «Llegué aquí el miércoles y estaba nervioso. Estoy como, ‘¿la gente se va a ‘enojar’ conmigo?'», explica Donny.
También otros estados han empezado a experimentar un éxodo. Según Fatima Malik, consultora global de bienes raíces de Engel, los agentes en Palm Springs y Los Ángeles, California, están colaborando con propietarios canadienses que están silenciosamente dispuestos a desprenderse de sus residencias de verano. «Algunos se están conteniendo para ver cómo se desarrollan las cosas, pero otros ya están cambiando sus miras hacia lugares como Portugal, México y partes de Francia», planteó Fatima.