Cuba recuerda Hemingway después de 50 años de su muerte (2 de julio 1951), uno de los pocos estadounidenses al que el Gobierno cubano no siente aversión.
La directora del museo de Finca Vigía, la que era la residencia del escritor en Cuba, dice que Hemingway no eligió la Isla solo para descansar sino porque se sentía parte de la misma. Su primer encuentro con Cuba fue en el 1938, durante la escala de un vuelo de España, en donde había realizado su trabajo de periodista siguiendo la Guerra Civil. Un año más tarde, decidió residir permanentemente en Cuba y, junto con su tercera esposa, encontraron alojamiento en el Hotel Ambos Mundos, el mismo de su primer viaje. En el mismo hotel concluyó su libro “Por quién doblan las campanas”. En el 1940, bajo las presiones de su esposa, se mudó en Finca Vigía, en las afueras de La Habana, en el lugar que fue escenario del periodo más productivo de su vida artística. Tras su muerte y por voluntad del mismo escritor, la casa pertenece hoy al Gobierno cubano que la ha transformado en museo.
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