Actualmente en Cuba todos tratan de buscarse la vida y los trabajadores del cementerio no se quedan atrás pues como solo 250 pesos cubanos no pueden vivir.
Los negocios más vistos son la venta ilegal de bóvedas familiares en el país, o la reventa de panteones de personas que emigraron y de ornamentos funerarios, especialmente las que son del codiciado mármol de Carrara que no se importa desde hace décadas, además se venden rejas, cristales y hasta floreros.
“El que trabaja en una tienda resuelve, o el que trabaja en un almacén, pero los que trabajamos en los cementerios también tenemos que comer”, dice Luis Ernesto, un sepulturero del cementerio de Colón. Y con respecto a la palabra «resolver» todo sabemos que es robar en Cuba.
A continuación pueden que la imagen que muestra la tumba del negociante Jacinto Pedroso, fallecido en agosto de 1955, cuando esta fuera profananda y vendida a otra familia, lo que se supo en marzo pasado.
Por otro lado la profanación de tumbas está de moda y según conocidos de religión, los huesos de los muertos se utilizan para trabajos religiosos en la religión afrocubana de Palo Monte.
Un palero, considerado el sacerdote en la religión Palo Monte, que prefirió el anonimato sostiene que “los huesos son esenciales. Sin restos humanos no hay obra espiritual”. Según este señor los huesos más utilizados son «cabeza, brazos y piernas».
Debido a estos problemas la gente en la isla prefiere la incineración en estos tiempos, en vez de enterrar o cremar el cuerpo del familiar y pasen este tipo de cosas en el cementerio.
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