Jada Page, la niña de ocho años que fue baleada en la cabeza mientras se encontraba con su padre, quien también recibió disparos, murió el martes.
Poco antes de las 5 p.m. del domingo pasado, Jada y su padre, James Page, estaban en el jardín del frente de su casa cuando fueron baleados por un auto en movimiento que no se paró.
Jada estaba en el porche y fue alcanzada por un disparo en la parte de atrás de la cabeza, y su padre en el pecho. Page, de 32 años, quien se espera sobreviva, era el blanco, según informó la policía.
Tangela Sears, amiga de la familia y activista comunitaria, le pidió a la Fiscalía Estatal que utilice toda su fuerza para que se le haga justicia a la familia Page.
“Mi corazón está con esta familia. Nuestra organización, Padres de Niños Asesinados, está destrozada y sin saber qué decir por toda esta violencian sin sentido”, dijo Sears.
“Quiero enviarle a la fiscalía un mensaje: hay que empezar a procesar a estos violentos delincuentes y parar de una vez y por todas los acuerdos para declararse culpable. Nuestras vidas son importantes”, añadió.