El virus del Zika continúa propagándose por el sur de la Florida y los funcionarios de salud han expresado con claridad quiénes son las personas que necesitan ser examinadas para ver si son portadores del virus. Las mujeres embarazadas y aquellas que piensan quedar en estado tienen prioridad.
Sin embargo, las advertencias y los consejos sobre los exámenes de zika no han resultado muy claros para el resto de la población. Tal es el caso de Shayni Rae Kinney, asesora de empresas minoristas, oriunda de Brooklyn, que vive y trabaja en Miami Beach desde el 5 de agosto.
Kinney alega que tuvo que esperar nueve días desde la mañana del 18 de agosto, cuando descubrió que tenía sarpullido y fiebre ligera, hasta que por fin la atendió un epidemiólogo del Departamento de Salud de la Florida que le tomó muestras de sangre y de orina.
Según Kinney «no hay nada estructurado, ni tampoco hay autoridad, nadie sabe qué está pasando, nadie da instrucciones».
Los residentes de la Florida y también los visitantes experimentan grandes dificultades para ser examinados y saber si tienen el virus.
Un notable aumento de la demanda para hacer diagnósticos de zika, los limitados recursos de los laboratorios de la Florida para procesar las pruebas, además de los inconvenientes diarios para tener acceso al cuidado de salud, no han hecho más que obstaculizar las gestiones de los que podrían estar contaminados y deben reportar su infección a las correspondientes autoridades de salud.
El Departamento de Salud de la Florida ofrece exámenes gratuitos de zika para todas las mujeres embarazadas, sin importar si presentan o no presentan síntomas.
De igual modo, se hacen pruebas en busca del zika en áreas limitadas como parte de 12 investigaciones sobre infecciones locales detectadas en los condados Miami-Dade, Palm Beach y Pinellas.
Mara Gambineri, portavoz del Departamento de Salud, informó que aunque una mujer no esté embarazada pero vive y trabaja en un área donde hay una transmisión activa de zika, como es el caso de Wynwood y Miami Beach, le corresponde a ella visitar a un médico o al departamento de salud local en busca de un consejo.
Retomando e caso de Kinney, la residente de Brooklyn que vive y trabaja en Miami Beach, dijo que su seguro médico cubrió la prueba del zika en la Clínica Borinquen. Ella pagó $35 para registrarse en la clínica, otros $30 por la visita médica y $11 de copago por la prueba del zika. Incluyendo los gastos de transporte usando Uber, ella estima que tuvo que pagar un total de $215 de su bolsillo.
Dice sentirse aliviada de haber podido contactar a un epidemiólogo con el departamento de salud del estado, pero está decepcionada por todos los pasos que tuvo que tomar para contactar a la persona correcta.
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