Alberto Carvalho, superintendente de Miami-Dade, anunció la semana pasada que el distrito eliminará varios exámenes para tener más tiempo para las clases.
A partir de este año, las escuelas ya no administrarán las 12 evaluaciones de medio año en Inglés, Arte y Matemáticas, lo que liberará un máximo de 185 minutos de tiempo de clase en las aulas. Esos exámenes se administraban anteriormente a los alumnos de tercero a octavo grados.
“Es importante saber cómo están aprendiendo los niños, lo bien que pueden demostrar sus conocimientos, pero eso no debe ser a expensas de sobrecargar a los maestros, estudiantes y padres al quitarles tiempo”, dijo Carvalho.
La medida recibió un amplio apoyo de los maestros, quienes dicen que pierden mucho tiempo de clases preparando a los alumnos para los exámenes.
“Estamos contentos de ver que se han reducido estos exámenes, que va a haber más tiempo de clases para que los alumnos puedan explorar cosas que no se pueden someter a prueba y tener la autonomía y la libertad académica para hacer las cosas que queremos hacer con los estudiantes”, dijo Karla Hernández-Mats, presidenta del sindicato de maestros.
A pesar del apoyo de los padres, maestros y la junta escolar, eliminar las pruebas no fue tarea fácil. Muchos son obligatorios bajo normas estatales o federales, o los exigen para que los alumnos ganen créditos para programas avanzados.