El gobierno municipal de Miami Beach quiere saber quien planea alquilar su apartamento a través de Airbnb y otras plataformas de alquiler de viviendas a corto plazo, informó el Nuevo Herald.
Las ordenanzas municipales permiten el alquiler a corto plazo sólo para ciertas zonas de la Playa. Pero muchos vecinos culpan a Airbnb y a sus competidores de las ruidosas fiestas que celebran los inquilinos.
Por su parte, la poderosa industria hotelera afirma que esos servicios son una competencia injusta porque los inquilinos temporales no pagan el impuesto local al turismo.
El gobierno de Miami Beach ha respondido con una ofensiva contra los alquileres ilegales con multas de hasta $20,000 por infracción.
En diciembre, los comisionados de Miami Beach aprobaron hacer más estrictas las normas del sector. Para anunciar apartamentos en Airbnb y otras plataformas, los propietarios ahora tendrán que presentar una declaración jurada ante el gobierno municipal en que afirmen que su propiedad está en una zona aprobada para el alquiler a corto plazo, que tienen un recibo de impuestos pagados y una cuenta de impuestos al turismo. También deberán mostrar que su asociación de condominios permite los alquileres a corto plazo.
“Creo que [los alquileres a corto plazo] son rampantes y que para controlar la situación hay que tomar medidas punitivas”, dijo el alcalde Philip Levine en una reunión.
“Creo que los vecinos y electores de Miami Beach no quieren alquileres de corto plazo en sus edificios y vecindarios”, añadió.
La ordenanza fue aprobada por unanimidad, después que la comisionada Kristen Rosen González cambió su voto inicial y se expresó a favor.
Representantes del sector hotelero y asociaciones de condominio individuales se expresaron a favor de las nuevas reglas. Pero algunos vecinos dijeron que debían permitirles alquilar sus unidades sin ordenanzas onerosas.
Airbnb, la mayor empresa de alquiler a corto plazo, expresó frustración con la ordenanza.
“Decepciona que se use una oportunidad para colaborar con el sector privado para proteger la calidad de vida y empoderar económicamente a la clase media, para regular en exceso y penalizar a los electores de Miami Beach”, expresó en un correo electrónico Benjamin Breit, portavoz de Airbnb. “Como la Comisión reconoció libremente, la intención expresa fue ‘punitiva’, en vez de constructiva, y eso, en nuestra opinión, no es bueno. Desafortunadamente, los grandes perdedores con esta medida son los visitantes y los electores de Miami Beach”.