Jimmy Kimmel abrió la 89ª ceremonia de los Premios de la Academia con una súplica simple: tener una conversación positiva con alguien con quien no estés de acuerdo.
«Eso haría a Estados Unidos grande otra vez», dijo Kimmel, adaptando el lema de la campaña del presidente Donald Trump.
Fue un guiño de Kimmel a un ambiente político inusualmente tenso, y estuvo seguido de varias bromas.
Aplaudió a los nominados asistentes por la oportunidad de «dar un discurso sobre el cual el presidente de los Estados Unidos tuiteará mientras hace las necesidades a las 5 de la mañana», y después condujo a la audiencia a una ovación de pie para la «totalmente sobrevalorada» Meryl Streep, fustigada por Trump luego de criticar al presidente mientras aceptaba un Globo de Oro a su trayectoria.
Incluso antes de que comenzara la ceremonia, los directores de las cinco nominadas a la mejor película en lengua extranjera publicaron una carta expresando su temor al «clima de fanatismo y nacionalismo que vemos hoy en Estados Unidos y en tantos otros países, en parte de la población y, lo que es más desafortunado, entre los principales políticos «.
Los espectadores vieron una declaración cívica en la alfombra roja en apoyo de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU). La organización sin fines de lucro, que lideró las demandas que han desafiado muchas de las políticas de Trump, entregó cintas azules a los asistentes al espectáculo.
(Con información de Telemundo)
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