Cáritas de Panamá, ha informado a través de EFE que, por principios humanitarios, seguirá atendiendo a los emigrantes cubanos en la capital, aunque el presidente Juan Carlos Varela, les impusiera el cierre del improvisado albergue para dentro de un mes.
Según la Organización Pastoral, la posición del presidente Varela, es «totalmente opuesta» a la que en su día sostuvo, pues decía que se debía «tener un trato humanitario con los migrantes, ser solidarios».
No obstante, el presidente de Panamá, declaró ante los periodistas lo siguiente:
«Se le ha dado 30 días para operar. No puede operar más de 30 días porque nosotros no podemos estar incentivando ese tipo de migración irregular al país abriendo este tipo de albergues».
Y añadió que, aunque aplaude la ayuda humanitaria de la Iglesia Católica, los cubanos «tienen que definir su futuro» porque «no tienen una forma de aplicar a un estatus (migratorio) en Panamá».
«Mi recomendación ha sido que regresen al país de donde vienen o que sean deportados a Cuba», concluyó el mandatario.
El diácono Víctor Berrío, aseveró que va a defender a los cubanos «que son para mí, de los pobres los más pobres porque no tienen derecho de ninguna clase, son humillados y maltratados».
