Chefs y expertos internacionales en gastronomía ven hoy a la cocina tradicional cubana como un potencial atractivo turístico, que los cocineros y productores locales deben esforzarse por preservar y desarrollar, en medio del creciente interés mundial por viajar a la Isla, reporta EFE.
Miembros de la comunidad culinaria de Cuba, España, Estados Unidos, México y Perú, reunidos en La Habana para el VII Seminario Gastronómico patrocinado por el grupo español Excelencias, coincidieron en que se debe renunciar a clichés y evitar ser complacientes con los visitantes.
«La rica gastronomía cubana puede usarse como complemento para el ‘boom’ turístico que experimenta Cuba. Lo que tienen es que estar un paso adelante y promover lo autóctono», dijo el miércoles a EFE el presidente de la Sociedad Peruana de Gastronomía, Bernardo Roca, uno de los oradores en la sesión de apertura del seminario.
«El potencial es grande, pero no es un trabajo de uno o dos chefs, sino de un país. Todos tienen que avanzar de la misma manera: los que cultivan las hortalizas, el pescador, el ama de casa que guarda la sabiduría y el cocinero», insistió.
Invitado para demostrar sus habilidades como maestro de sushi, el japonés Hiroyuki Terada, advirtió de que lo principal es asegurar la materia prima fresca en la mesa del cocinero, algo que en Cuba no se logra, a pesar de tener aguas ricas en peces y mariscos, y tierras fértiles para la agricultura.
La escasez de productos y la inestabilidad en los mercados de otros pocos son cuestiones de las que se quejan por igual amas de casas y los dueños de negocios privados que intentan mantener su oferta.
Los establecimientos no estatales han cobrado auge tras las tímidas reformas impulsadas por el general Raúl Castro, y muchos han comenzado a incluir en sus menús platos tradicionales como el «ajiaco», el casabe y postres ancestrales, poco frecuentes ya en las mesas de la Isla.
«Estoy muy entusiasmado por el futuro. Quiero volver a Cuba a hacer sushi pronto», señaló a EFE el cocinero, que preparó su «Calle 8 roll», el cual, además del arroz y el alga nori usuales de ese plato japonés, incluye frijoles negros, carne asada y plátanos maduros fritos, en un homenaje a la comunidad latina que habita Miami.
Fuera de las fronteras de la Isla, la emigración cubana se ha encargado de difundir este patrimonio gastronómico. Su riqueza ha quedado casi restringida a los potajes de frijoles, el arroz, la carne de cerdo, los plátanos y poco más en las cocinas de la mayoría de las familias cubanas.
Para el presidente de la estatal Federación de Sociedades Culinarias de Cuba, Eddy Fernández, mucho ha cambiado, y consideró que la cubana es una «cocina diversa, sabrosa, a la que quizá faltaría hacer acotaciones como variar las cocciones y disminuir la grasa, la sal y el azúcar».