Mientras la televisión digital se extiende a lo largo de Cuba, y el régimen lo señala como un logro; a la población le preocupa el contenido de los nuevos canales digitales

El oficial Juventud Rebelde recogió que la señal de televisión digital alcanza en la actualidad el 60% del territorio nacional y el 70% de la población.


La señal digital en Cuba comenzó a desplegarse desde 2013, la misma se localiza en los principales centros urbanos y su alcance se logra a través de 108 transmisores instalados.

“De los mencionados transmisores, 98 emiten la señal estándar, y otros diez lo hacen en alta definición”, detalló Hugo Andrés Fernández, del estatal Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones.

De acuerdo al directivo, en el mes de septiembre pasado se contabilizaron más de 1,5 millones de cajas decodificadoras distribuidas a la población, así como más de 230.000 televisores híbridos, capaces de captar la señal digital.

Los precios de estos decodificadores oscilaban entre 38,30 y 47,35 CUC en las tiendas en divisas en 2015, lo que generó innumerables críticas del pueblo.

El funcionario del grupo estatal señala: “El futuro de la televisión digital en Cuba dependerá de superar limitaciones físicas en los centros de transmisión; de eliminar la saturación del espectro radioeléctrico —ocupado hoy, entre otros factores, por la transmisión simultánea de las señales digital y analógica—; de mejorar la programación de los canales de alta definición, hoy semivacíos, así como la radiodifusión de datos, y superar las escaseces registradas en el mercado en cuanto a cajas decodificadoras y componentes para la instalación de las mismas se refiere”.


Los expertos han dicho que la televisión digital en Cuba no estará totalmente instalada hasta dentro de cuatro años aproximadamente, es decir para el 2021, cuando podrá aplicarse el llamado “apagón analógico”.

Sin embargo, una de las principales preocupaciones de la población es el contenido de los nuevos canales digitales, pese al monopolio estatal y la prohibición de señales satelitales foráneas, la televisión cubana experimenta una de los peores crisis de su historia. La politización tiene harta a la teleaudiencia, con programas como la Mesa Redonda, el noticiero de la televisión estatal, cabe subrayar el único; la propaganda del régimen a través de spots, debe mencionarse también el atraso conceptual y tecnológico; y la competencia del llamado “Paquete”, el cual se distribuye de manera semiclandestina, y está conformado por programas, series, entre otros de canales estadounidenses.

(Con información de Diario de Cuba)


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