“El dictador norcoreano tomó ayer una decisión que acerca al mundo a una guerra, no lo aleja”, dijo Nikki Haley, embajadora estadounidense ante la ONU, en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad.
Se convocó al encuentro urgente, luego de que el régimen de Pyongyang lanzara el martes un misil balístico intercontinental de gran alcance, capaz de impactar cualquier punto del territorio continental de Estados Unidos.
El régimen norcoreano será “totalmente destruido” si se desata una guerra advirtió Haley en Washington, instando a todos los países a cortar sus relaciones con Corea del Norte, después de su último ensayo armamentístico.
La embajadora insistió en que Estados Unidos no quiere un conflicto armado y afirmó que si este se produce, será por los “repetidos actos de agresión” de Pyongyang.
“Y si hay una guerra, no se equivoquen, el régimen norcoreano será totalmente destruido”, ratificó Haley.
La diplomática en un duro discurso, subrayó que la “amenaza” norcoreana ha escalado, y acusó a Kim Jong-un, líder del aislado país asiático, de ser “cada vez más agresivo” en su “obsesión por el poder nuclear”.
Y manifestó que aunque el régimen norcoreano es objeto de amplias sanciones internacionales, el mundo debe ir más allá y continuar aislándolo.
“Hoy llamamos a todas las naciones a cortar todos sus lazos con Corea del Norte”, acotó la vocera.
Solicitó a los países romper relaciones diplomáticas, frenar importaciones y exportaciones y expulsar a trabajadores norcoreanos de su territorio, entre otras cosas.
La embajadora envió un mensaje especial a China, llamándoles a cortar el suministro de petróleo al régimen de Kim Jong-un.
El vocero de China como es costumbre insistió en la necesidad de diálogo para solucionar la escalada de la crisis, e hizo un llamado a la moderación de todas las partes.
Por su parte, Rusia condenó el último ensayo norcoreano, aunque también tuvo palabras críticas para Estados Unidos y sus aliados.
(Con información de Diario de Cuba)