Carlos Alberto Montaner, periodista y escritor cubano, insta a Mirta Díaz Balart, primera esposa del difunto dictador cubano, Fidel Castro Ruz, a que cuente las memorias del hijo de ambos, también fallecido el 1 de febrero de este año.
Fidel Castro Díaz Balart, “venía siendo atendido por un grupo de médicos desde hace varios meses”, señala un reporte de Diario de Cuba, y recuerda que la prensa oficialista dijo que el primogénito del autócrata padecía “un estado depresivo profundo”, por lo que suicidó a los 68 años de edad.
El intelectual cubano escribió en Twitter: “Mirta Díaz-Balart, primera esposa de Fidel Castro y madre de ‘Fidelito’, recién suicidado, tiene 90 años y ha sufrido mucho en silencio. Ahora, que ya no puede perjudicar a su hijo, debe escribir sus memorias y contarlo todo”.
Otros usuarios de la red social, concordaron con la iniciativa de Montaner; Evelio Díaz expresó: “Mirta Díaz-Balart debiera explicar desde la infancia que tuvo su hijo hasta estos últimos momentos. Ya no perjudicaría a nadie y diría la verdad al mundo. ¿Fidelito era noble, inteligente, aplicado y amigo; pero muy sufrido?”
Otros usuarios también pidieron a la madre del primogénito de Castro contara la verdadera historia de la vida de su hijo.
Algunos sugirieron que Mirta Díaz-Balart no escribirá la historia, porque aún quedan los nietos.
Fidel Castro y Mirta se casaron por la iglesia en 1948, cuando él tenía 22, y ella 20 años, su luna de miel fue en Miami y Nueva York, y aunque los Díaz-Balart no estaban de acuerdo con la boda, la costearon; el padre de Mirta, Rafael José Díaz-Balart fue alcalde de la ciudad de Brenes, y su hermano Rafael, subsecretario de gobernación de Batista.
Ella se enamoró de Castro mientras estudiaba Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana, donde Fidel estudiaba abogacía.
Mirta vivía exiliada en España, se sabe que viajó varias veces a La Habana, para estar con Fidelito, pero no volvió a ver a Fidel Castro (padre), según testimonio de ella.
Cuando murió el padre de su hijo, el longevo dictador cubano en 2016, expresó: “Estoy afectada, sí, y he sentido pena por su muerte, aunque esa historia ocurrió hace más de 60 años. Estos días he rezado por su alma, yo soy cristiana”.
(Con información de Diario Las Américas y El País)