Anciano veterano de la Segunda Guerra Mundial, residente en Clearwater, tuvo la fortuna de celebrar este fin de semana sus 106 años de vida, recogió Fox13.
Glenwood Myers pudo reunir en su casa, el sábado, a cinco generaciones de su familia para festejar su nueva vuelta al sol.
Para el abuelo originario de Canton, Ohio, todavía es relativamente fácil recordar vívidamente su vida, un privilegio del que todos no gozan a avanzada edad.
«Bueno, bueno, bueno. No sé dónde se fueron los años. 106. Parece que los meses y los días pasaron volando y aquí están», expresó Myers con actitud jovial.
A los 26 años, el esposo y padre de cuatro hijos en ese momento fue reclutado para servir en la Marina durante la Segunda Guerra Mundial. Durante poco menos de dos años, estuvo en las filas del ejército estadounidense en Okinawa, y sirvió como marinero y luego como capitán de artillería.
«Recuerdo todas esas cosas. Eso fue en 1945», indicó.
Myers incluso sobrevivió a un tifón a bordo de su barco, y rememora el intento de rescate de la embarcación que quedó atrapada en las rocas.
Una vez que terminó la guerra, le llevó meses regresar a su casa en Ohio. El anciano cuenta que tuvo que viajar en un bombardero B-24, un portaaviones, un tren circular y un taxi.
«Cuando llegué a casa, había cuatro hijos y una esposa esperándome. Ella no sabía que iba a regresar a casa y eso fue toda una sorpresa», confiesa.
Con el paso de los años, él y Mary tuvieron un hijo más antes de mudarse a California y luego a Tennessee. Hasta finalmente establecerse en Tampa Bay en 1999.
Myers dice que el secreto para una larga vida es la fe, la familia e ingredientes que nadie esperaría.
El veterano asegura que todo lo que consume tiene «salsa picante», y que adora comer cebollas, cosa que hace con tanto gusto como comerse una manzana.
También dijo le gusta el «queso Limburger. Apesta pero está bueno», sostuvo.
Hasta el día de hoy, Myers vive de forma independiente y se desplaza en scooter. Su familia reveló que todos los días va en patineta a Wendy’s y pide un sándwich de pollo, papas fritas y helado. Luego viaja a Publix por el pan del día anterior para alimentar a los patos en un estanque cercano.
Para su cumpleaños, su familia le regaló $100 en tarjetas de regalo de Wendy’s.
«Maravilloso, es maravilloso. Muchos de ellos no los he visto en mucho tiempo. Disfruto tener a cada uno de ustedes. Los amo a todos y doy gracias a Dios por ustedes», comentó el abuelo al referirse a los familiares que le celebraron un año más de vida.