Con el objetivo de hacer frente a una de las peores crisis inmobiliarias de Estados Unidos, la alcaldesa de Miami-Dade, Daniela Levine Cava, anunció que solicitaría a los votantes a finales del presente año la aprobación de un plan de endeudamiento de 2500 millones de dólares que sería financiado con el impuesto sobre bienes inmuebles.
De esa cifra, se destinarán aproximadamente 800 millones de dólares a un fondo que se empleará en el desarrollo de proyectos de vivienda asequible y el resto del dinero se utilizará en función del mejoramiento de las infraestructuras del condado, que incluyen parques, alcantarillados y carreteras.
En una entrevista, Cava expresó: «El coste de urbanización es extremadamente alto porque el suelo es muy limitado». A pesar de que aún faltan por precisar ciertos detalles sobre el paquete de bonos, que será sometido a votación en las elecciones de noviembre, dicha funcionaria aseguró que los «800 millones de dólares se gastarán muy rápido». Lo cierto es que la alcaldesa, que espera ser reelegida este año, afronta una aguda crisis de vivienda que parece no tener fin.
En los últimos cinco años los precios de la vivienda en Miami se han incrementado en un 82%, en gran medida por la llegada de personas pudientes que han contribuido al desalojo de aquellas que no pueden pagar tarifas tan elevadas. La población del condado de Miami-Dade se ha mantenido bastante estable desde el 2020, sin embargo, la congestión del tráfico aumentó vertiginosamente y el porcentaje de personas que pagan alquiler se erige como uno de los más altos del país.
Miami no es la única que recurre a los mercados de bonos para aminorar los problemas de vivienda, pues otras ciudades también se han planteado varias iniciativas con el fin de fomentar la vivienda asequible en medio de un alza significativa de los precios de esta. Telluride, una poderosa estación de esquí de Colorado, solicitó un préstamo de 31,8 millones de dólares para pagar las denominadas viviendas para trabajadores, al igual que otros sitios de vacaciones como Nantucket y otros pueblos de Cape Cod.
Con una mayor connotación, la ciudad de Nueva York vendió el año pasado 700 millones de dólares en bonos sociales para ayudar a pagar viviendas asequibles.
La alcaldesa de Miami-Dade pretende con el plan de vivienda priorizar aquellos proyectos que aumenten la densidad urbana y al mismo tiempo utilizar terrenos del condado para la «reurbanización masiva de propiedades». Al respecto señaló: «Estamos estudiando propiedades del condado que no se utilizan con la máxima eficiencia y que podrían ser reurbanizadas», refiriéndose a edificios gubernamentales y proyectos de vivienda pública.
El condado vendió bonos en julio, la emisión de 172 millones dólares para financiar distintos proyectos de capital, incluyendo 52 millones de dólares para centros recreativos y culturales y 50 millones de dólares para sustituir las radios de la policía, de acuerdo con la información contenida en documentos de oferta. Los resultados de esa oferta oscilaron entre el 2,67% y el 3,89%, según los datos de precios recopilados por Bloomberg.
Si finalmente es aprobado el paquete de deuda de 2500 millones de dólares, este dinero también se usará para enfrentar otros inconvenientes que afectan a Miami. Por ejemplo, esta ciudad es uno de los grandes núcleos urbanos del país que depende en extremo de fosas sépticas. En relación al tema, Cava reveló que alrededor de 11000 sistemas sépticos de la ciudad calificaban entre los «más comprometidos» y necesitados de arreglos.
Además, los bonos servirán para infraestructuras viarias, parques, así como para la preservación de tierras en mal estado que garantizan la estabilidad de la región natural de Everglades. No obstante, la alcaldesa aclaró que el transporte colectivo no estaría contemplado dentro de los usos del préstamo, alegando: «El transporte no es lo que nos proponemos abordar en el bono y la razón de ello es que el público no lo apoyaría».
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