Recientemente, la alcaldía de Miami-Dade decidió terminar el contrato de arrendamiento con la compañía que administra el Miami Seaquarium, The Dolphin Company, debido a las «numerosas y reiteradas violaciones» que se traducen en un incumplimiento de las obligaciones contractuales.
La notificación, enviada al presidente de la empresa, Eduardo Albor, expone que la entrega de la propiedad debe efectuarse con anterioridad al 21 de abril teniendo en cuenta el «largo y preocupante historial» de vulneraciones.
Según un reporte de Telemundo 51 la decisión se fundamenta en el mantenimiento inapropiado de la propiedad, en la incapacidad para garantizar la seguridad y el bienestar de los animales que se encuentran bajo su custodia de acuerdo a lo previsto en la ley aplicable, así como en el incumplimiento de otras normativas vinculadas.
El pasado mes de enero, la alcaldesa de Miami-Dade, Daniella Levine Cava, expresó su «profunda insatisfacción» ante las múltiples violaciones al bienestar animal, detectadas por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) en una de las inspecciones periódicas realizada en noviembre de 2023.
En respuesta a esta situación, el Miami Seaquarium señaló que su personal de cuidado de animales estaba colaborando con la mentada agencia federal para abordar la problemática y confesó su decepción por la manera en que el condado había manejado los resultados arrojados por el informe.
El canal NBC Miami dio a conocer que un delfín llamado Ripley fue encontrado con un clavo de dos pulgadas, hojas de mangle y pequeños fragmentos de concha en la garganta, mientras que otro nombrado Bimini, tenía una pieza metálica rota en la boca.
Esta información fue obtenida a través de una inspección rutinaria efectuada en octubre y divulgada en un informe presentado en enero por el Servicio de Inspección Zoosanitaria y Fitosanitaria de la agencia USDA.
El informe en cuestión reveló que incluso antes de la inspección trascendió que una hembra adulta de león marino de California, cuyo nombre es Sushi, tenía el ojo derecho cerrado y que se frotaba ambos por la presencia de cataratas, por lo que debía ser operada. Asimismo, en dicho documento quedó plasmado que esta foca comenzó a dejar de alimentarse a causa del dolor ocular y cuando se llevó a cabo la inspección todavía no se había fijado una fecha para la cirugía.
Además, durante la auditoría se halló una gran cantidad de hormigas en la clínica veterinaria de la instalación, un «fuerte olor nocivo» en un área de loros, «agua estancada y turbia con algas verdes» en un recinto de flamencos, entre otras afectaciones, recogidas igualmente en el informe.
Otro documento del USDA con fecha de noviembre también detectó varios problemas como piscinas para delfines en mal estado de conservación y con elevadas concentraciones de bacterias en el agua.
Según NBC Miami, el condado tenía la intención de rescindir el contrato con el Seaquarium como resultado de las evidencias aportadas por el USDA.
El mes anterior la organización PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) protagonizó dos protestas solicitando precisamente la rescisión del contrato de arrendamiento del Seaquarium.
Lamentablemente, el año pasado hubo dos importantes bajas en este parque marino. En agosto se produjo la muerte de la orca Lolita y en diciembre la del delfín Sundance.
En el año 2022 la Dolphin Company empezó a administrar el parque marino, pero el Seaquarium lleva casi 70 años en los terrenos propiedad del gobierno.
En caso de que la compañía no acceda a retirarse, la alcaldía de Miami-Dade podrá iniciar un proceso legal d desalojo.