El pasado mes de abril los trabajadores de la compañía contratista Eulen America, que da servicios a American Airlines y Delta, se quejaron públicamente sobre las condiciones de trabajo. Los trabajadores organizaron una reunión con la asistencia y apoyo de las congresistas demócratas Donna Shalala y Frederica Wilson.
Algunos trabajadores han denunciado al diario The Guardian, que desde entonces no han parado de ser víctima de actos que sólo pueden comprender como represalias por parte de Eulen America por haberse quejado y haber participado en la reunión sindical con la Unión Internacional de Empleados de Servicios (SEIU). En lugar de ayudarlos en su lucha por mejores condiciones, la aparición de los políticos ha provocado represalias.
“Fui uno de los oradores en la reunión. Justo después de eso comenzaron a cortar mis horas «, dijo Leila Benítez. “Al día siguiente que entré, mi gerente me dijo que iba a recibir una advertencia de algo tres semanas antes debido a que otro trabajador de mi equipo no se había encargado de limpiar un lugar en un avión y ya le habían dado una advertencia a ese trabajador».
Ernest Lozano, trabajador de la rampa en Eulen durante más de un año, también asistió a la reunión y afirmó que su gerente le prohibió almorzar en la sala de descanso al día siguiente. Lozano dijo que ahora come en el camión donde trabaja.
Joseph Palma fue otro presente en la reunión. «Hace dos semanas, los supervisores en la oficina dijeron que las consecuencias serían muchas para los trabajadores que piden mejores condiciones», dijo Palma. «Dijeron que el único derecho que tienes es entrar y salir».
A Palma le asignaron nuevas tareas justo después de la reunión; tareas para las que no tiene el adecuado entrenamiento.
Incluso antes de la reunión donde participaron las congresistas, una empleada contó al medio que ella y otros trabajadores se reunieron con su supervisora quienes les advirtió sobre lo que implicaría que se involucrasen con el sindicato.
«Uno de los supervisores nos dijo a mí y a un grupo de trabajadores que no deberíamos involucrarnos con el sindicato porque lo mismo que les sucedió a las personas en Triangle [otro contrato de aeropuerto que estaba sindicalizado] nos sucedería, que despidieron a 10 personas por involucrarse con el sindicato «, contó Lizandra Perez. «También nos dijo que el sindicato iba a entregar una lista a Eulen de las personas que habían firmado y que Eulen despediría a estas personas y sería más estricta con ellas».
Los trabajadores de Eulen en el Aeropuerto Internacional de Miami no parecen ser los únicos en malas condiciones de trabajo. Según el medio, los trabajadores de Eulen en otros aeropuertos también han declarado que el contratista los trata mal y crea condiciones de trabajo inseguras.