Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), «algunas personas optarían por no tener un seguro porque decidieron estar cubiertas por uno bajo la ley actual sólo para evitar pagar las multas, y algunas personas renunciarían a un seguro en respuesta a primas más altas», dijo la CBO en su análisis.
El número de estadounidenses que pierden su cobertura podría aumentar a 21 millones en 2020 y 24 millones en 2026 si se concreta la salida del Obamacare tal como lo planean los republicanos.
Según este análisis, «en 2026, se estima que 52 millones de personas estarían sin seguro, en comparación con los 28 millones que estarían en esa situación si se mantuviera la ley actual».
Dos comités de la Cámara baja aprobaron la semana pasada la propuesta republicana para derogar la ley sanitaria de Obama, que la Casa Blanca ha definido como la primera de una serie de tres fases para reemplazar el actual sistema de salud.
Antes del Obamacare, que dio cobertura a 20 millones de personas, los pacientes con enfermedades previas podían ser rechazados por las aseguradoras para obtener cobertura o un gran número de jóvenes, ahora bajo las pólizas de sus padres, tenían que pagar miles de dólares por romperse una pierna.
Los republicanos argumentaban que el plan de Obama supone una extralimitación del poder federal, coartaba la libertad del consumidor y era un intento de socializar un servicio privado y llevaría a las arcas públicas, a las pymes y a muchas familias a la bancarrota.
El dominio republicano del Congreso ha permitido que los conservadores comiencen a hacer realidad su promesa de revocar la reforma de la anterior Administración, pero el consenso no es el mismo a la hora de proponer un reemplazo que se arriesgue en dejar de nuevo en la incertidumbre a las personas que habían comenzado a ir al médico sin pagar una fortuna.
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