Donald Trump busca apurar el paso y lograr una transición en Venezuela «lo antes posible», explicó una funcionaria de alto rango del Departamento de Estado a El Nuevo Herald.
Carrie Filipetti tiene claro que «cada segundo que pasa que no hay una transición hay más personas que sufren en Venezuela y en la región debido a toda la migración».
Sobre Trump dijo que «el presidente está muy enfocado en asegurarse de que podamos llegar a una transición lo antes posible».
«En la mente del presidente, y en la mentalidad de la administración en su conjunto, el tiempo para la transición es realmente ahora, por lo que verán esa urgencia reflejada en nuestras próximas políticas», sostuvo.
Acerca de la salida de John Bolton como asesor de Seguridad Nacional, el mandatario estadounidense confesó la semana pasada:
«De hecho, mis puntos de vista sobre Venezuela, y especialmente sobre Cuba, eran mucho más fuertes que los de John Bolton. ¡Él me estaba frenando!».
Pero una interrogante se impone: ¿Cómo puede Estados Unidos acelerar la transición en la nación petrolera?
De acuerdo al diario miamense, varios miembros de la administración sostienen que una invasión militar no forma parte de la política estadounidense, sin embargo EEUU apoya la activación del Tratado de Río, que permitiría a Juan Guaidó, presidente interino de Venezuela, pedir ayuda militar extranjera. Simultáneamente Washington continúa oponiéndose a una solución negociada que implique convocar a nuevas elecciones con el dictador Nicolás Maduro en el poder.
Para Filipetti, elecciones con Maduro en el poder, sigue siendo una «sólida línea roja».
«Eso es algo que ha sido uniforme en toda nuestra política. Sospecho que seguirá siendo uniforme. La razón por la que estamos donde estamos hoy es por las elecciones que se realizaron bajo los auspicios del régimen de Maduro. Entonces, esa no es una solución. Ese es el problema», reveló.
«Hemos dicho públicamente que otros países, incluida la Unión Europea, han tardado en implementar sanciones [contra el régimen de Maduro]. Su última ronda de sanciones fue hace más de un año», explicó la alta funcionaria.
En lo concerniente al tema cubano, Filipetti dijo que los desacuerdos entre la Unión Europea y Estados Unidos no facilitarán una mejora en relación a los derechos humanos en el país caribeño.
«De hecho, creemos que las políticas de la administración anterior son una prueba positiva de que un mayor compromiso en realidad no facilitó un giro hacia la democracia de ninguna manera. Vimos un deterioro de las condiciones [en que vive] el pueblo cubano», añadió.
Filipetti confesó que para EEUU «sacar a Cuba [de Venezuela] es una prioridad clave».
Trump «continuará considerando nuevas opciones para lograr un resultado exitoso», adelantó.
El régimen de La Habana no tiene una mera dependencia de Venezuela, «es un asunto existencial para ellos», expuso la misma fuente.
«Saben que sin Venezuela tendrán que tomar la decisión de encontrar otro mecenas que probablemente no puedan encontrar, o de hecho abrir [el país a] la liberalización y diversificación de la economía, lo que sería contrario a sus principios ideológicos y los principios de la revolución. Así que creemos que nunca van a cambiar su política», comentó.
«Se hundirán con el barco. Cuando Maduro se hunda, se hundirán con él», auguró la funcionaria estadounidense.
La semana pasada Cuba anunció una severa crisis que afecta el transporte, la industria alimenticia, los centros de salud, las universidades, entre otros, porque está llegando a la Isla mucho menos petróleo del que llegaba antes.
La crisis en Venezuela, y las sanciones de EEUU para abocar al país suramericano a una transición han llevado a la Isla a un nuevo «Período Especial», en un contexto en que se hace nuevamente visible la ineficiencia y el fracaso del Gobierno castro-comunista tras seis décadas administrando Cuba.
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