Desde el 2000 el anciano italiano Gianni Lasagni, de 79 años de edad, ha protagonizado una serie de robos a distintos bancos y farmacias, que lo condujeron en varias ocasiones a la cárcel. El autor de estos crímenes se había desempeñado como gerente de una sucursal bancaria, sin embargo debido a varios problemas que tuvo en la entidad, perdió el empleo y quedó atrapado en una crisis económica.
En medio de este proceso el anciano conoció a una cubana, de la cual quedó enamorado, siendo este hecho y su crítica situación financiera, los principales factores que lo motivaron a convertirse en un ladrón.
En una de sus últimas estancias en la prisión, el anciano escribió una autobiografía o novela de su vida a la que tituló » La isla de Peter Pan», donde relata sus vivencias y en especial lo que sintió al encontrarse con la joven del Caribe. En tal sentido escribió: «Me vi arrastrado cuando perdí la cabeza por una cubana. Confié en el carpe diem, en aprovechar el día. Cuba entró poco a poco en mi sangre como un virus incurable del que probablemente no deseo recuperarme». Para permanecer a su lado Lasagni, siendo prófugo de la justicia, viajó a La Habana, donde se dedicó a ir a la playa, visitar restaurantes italianos, jugar tenis, en fin, a disfrutar de la vida. En otro fragmento de su breve novela señaló: «Encuentro justificación para mis actos citando al filósofo Nietzsche:Lo que se hace por amor debe hacerse siempre, más allá del bien y del mal».
Sin embargo la suerte de Lasagni, quien acostumbraba a cometer sus delitos con un traje de lord inglés y empleando pistolas de juguete, terminó al ser detenido y enviado a prisión recientemente, donde deberá permanecer ocho meses para cumplir la sanción que le impusiera el Tribunal de Verona por un robo realizado por él el 11 de abril de 2019 en una farmacia ubicada en Via Palladio.
En esa oportunidad, el anciano se presentó en el lugar disfrazado, con una peluca de mujer y gafas de sol, logrando escapar con el dinero que había en dos cajas registradoras. Lo cierto es que este señor, cuatro años después, a la avanzada edad de 79 años, regresa al lugar en que ha estado tantas veces: la cárcel.