Entre el 13 de agosto y el 15 de noviembre, la nueva Constitución de Cuba será llevada a consulta popular, y luego sometida a referéndum.
Sin abandonar su cauce socialista, la nueva Carta Magna que sustituirá a la aún vigente, que data de 1976, abrirá las puertas al mercado y a la inversión privada.
El Nuevo Herald ha tomado en cuenta algunos aspectos que cambiarán en el nuevo texto constitucional.
Se reconocerá el mercado, la propiedad privada y la inversión extranjera como parte de la economía de Cuba.
Los cambios buscan dar basamento legal a las reformas iniciadas por Raúl Castro en 2008, que permitieron el surgimiento de los negocios privados en la Isla.
Unas 591.000 personas en Cuba son trabajadores por cuenta propia, desde esa fecha hasta mayo de 2018.
Otro punto a señalar es que la Constitución actual, en su artículo 5 establece que el Partido Comunista de Cuba (PCC), gobernante y único legal en el país “organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”.
No obstante, en la nueva Carta Magna, la parte referida a “sociedad comunista” será retirada.
Pese a ello, el PCC, con su primer secretario el ex gobernante Raúl Castro, seguirá siendo órgano rector de la sociedad.
La figura del presidente de la República además será restituida, se creará el cargo de primer ministro.
Arturo López-Levy, profesor de la Universidad de Texas-Rio Grande Valley, y analista político detalló que “la creación de un primer ministro en Cuba obedece más a una lógica de distribución de funciones que a una perspectiva de división de poderes”.
Asimismo se limitará el período presidencial a cinco años con opción a una reelección inmediata por igual tiempo; para tomar posesión del cargo de presidente, se estipula una edad límite de 35 años, y máxima de 60, al postularse por vez primera.
Cuba fue gobernada por los hermanos Fidel primeramente, por más de 45 años, y por su hermano Raúl por 12 años, ambos se desempeñaron en sus cargos hasta avanzada edad.
“La limitación del periodo presidencial es un cambio muy importante para la recirculación de las élites cubanas. Es otro indicador del desarrollo de las bases para un liderazgo más colectivo dentro del sistema unipartidista”, opinó el académico.
Pero el pueblo cubano seguirá impedido de votar de manera directa a su presidente, este se elegirá entre los diputados de la Asamblea Nacional, y hay que recordar que los miembros del parlamento unicameral son reelegidos en una “votación popular” donde el número de candidatos corresponde al número de escaños.
Una de las grandes novedades que trae la nueva Carta Magna, es el reconocimiento del matrimonio igualitario, luego de que después de 1959 se marginara a los homosexuales, el artículo 68 del nuevo texto constitucional dejará claro que el matrimonio es la unión consensuada “entre dos personas”, sin especificar sexo.
La hija del general, y diputada Mariela Castro explicó: “aunque hubo criterios diferentes (…) todas las personas estuvimos de acuerdo en que este articulado por primera vez hable del matrimonio entre dos personas. Es un paso maravilloso y lo celebro”.
(Con información de El Nuevo Herald)