Un número creciente de cubanos está tratando de ingresar a los Estados Unidos a través de la frontera con México, creando una gran cantidad de personas que esperan en el lado mexicano durante meses para tener la oportunidad de solicitar asilo.
El aumento en los últimos meses ha sido impulsado en parte por la disminución de las restricciones de viaje en Centroamérica y el deterioro de las condiciones de vida en Cuba.
Como resultado, alrededor de 4,500 solicitantes de asilo, la gran mayoría de ellos cubanos, han descendido a Ciudad Juárez, frente a El Paso, Texas, una afluencia que ha aumentado las tensiones con algunos residentes locales.
En enero de 2017, la administración Obama puso fin a la política de «pie seco, pie mojado» que admitía a casi automáticamente a cualquier cubano que lograra llegar a suelo estadounidense.
Durante muchos años, los cubanos que ingresaron a través de la frontera sur generalmente volaron a Sudamérica e intentaron ingresar a los EE. UU. en Laredo, Texas. Pero ahora muchos están usando una ruta relativamente nueva y más corta: vuelan a Panamá o Nicaragua, les pagan a los contrabandistas para que los ayuden a llegar a la frontera de los Estados Unidos y buscan llegar a El Paso.
En el período de siete meses, de octubre a abril, 4,737 cubanos sin estatus legal ingresaron a los Estados Unidos en el cruce fronterizo de El Paso, en comparación con 394 en los 12 meses anteriores. A lo largo de toda la frontera de Estados Unidos y México, 10.910 cubanos pasaron por cruces oficiales entre octubre y abril, frente a 7.079 en los 12 meses anteriores.
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