En medio de la nefasta situación económica imperante en Cuba marcada por la escasez generalizada, se ha generado una gran preocupación entre los antillanos, pues se acerca la culminación del período de exención de aranceles para la importación de alimentos, medicamentos y artículos de aseo a la isla.
La mayoría de la población cubana, que a diario sufre las terribles consecuencias de una crisis económica sin precedentes, alberga la esperanza de que el gobierno prorrogue nuevamente dicha medida, cuya vigencia expira el próximo 30 de septiembre.
Varias personas han manifestado en redes sociales la conveniencia de esta regulación, sin embargo, hasta ahora las autoridades de la nación no se han pronunciado al respecto.
Una usuaria de Facebook identificada como Dania, profesional de la salud y residente en La Habana, comentó: «El país no tiene condiciones para cerrar nada porque aquí hay cada vez menos».
Otros internautas reaccionaron a la publicación en cuestión y manifestaron su pesar por la triste realidad que se vive en la mayor de las Antillas, destacando la carencia de medicamentos e insumos médicos.
Un hombre radicado en Matanzas, cuyo nombre es Pablo, quien padece de trastornos cardiovasculares, expresó: «En las farmacias no hay nada. Tomo enalapril y lo tengo que comprar por la calle».
No obstante, hubo otros usuarios que alegaron que la libre importación de los grupos de mercancías enunciados favorece únicamente a aquellos individuos que se dedican a venderlas en el mercado informal existente.
El personal encargado de abordar las inquietudes de los clientes en la agencia de viajes y envíos a Cuba denominada CubaMax Travel, la cual posee varias dependencias en Estados Unidos, declaró a Martí Noticias que aún no sabe si efectivamente se extenderá el plazo para la importación de estos productos en semejantes condiciones a partir del 30 de septiembre.
En tal sentido miembros de la agencia puntualizaron: «Todavía no tenemos esta información».
Fue en el año 2021, específicamente tres días después de las manifestaciones del 11 de julio, que el régimen autorizó por primera vez la importación libre de impuestos y sin límites de alimentos, artículos de aseo, medicamentos e insumos médicos.
Desde ese entonces la normativa que ampara este proceder ha sido prorrogada continuamente, amén de que las autoridades competentes han advertido que se trata de una decisión «excepcional» y «temporal».
De hecho, fue el pasado 27 de junio que se aprobó la última extensión de la medida a través de la Resolución 211/2024 dictada por el Ministerio de Finanzas y Precisos, justo tres días antes de que cesara su vigencia. En aquel momento dicho organismo destacó que era «prudente» prorrogar este beneficio, teniendo en cuenta que «persisten las limitaciones en las ofertas de alimentos y otros productos en el país».
La disposición en cuestión señala que la importación debe ser sin carácter comercial y establece además que los viajeros que ingresen al territorio nacional con tales mercancías deben ofrecer declaración sobre las mismas a los oficiales de la Aduana y transportarlas de forma separada por la vía de equipaje acompañado.
El director de Estrategia del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), Yaxys Cires, recalcó a Martí Noticias que la falta de renovación por parte del régimen de esta medida «sería un golpe brutal a la población».
Asimismo, afirmó: «El 89% de las familias cubanas viven en la extrema pobreza. Los alimentos y medicinas que entran gracias a la exención, aunque están muy lejos de ser la solución a la crisis del país, que requiere de cambios estructurales, alivian un poco la precariedad de cientos de miles de familias».
Al decir de Cires el origen del crítico panorama que muestra la isla en el contexto actual se halla en el fallido modelo económico instituido por la cúpula gobernante.
Al respecto, explicó: «El modelo económico al que sigue aferrado el régimen no funciona y el costo lo está pagando la población, en especial los adultos mayores, los niños y los enfermos crónicos. Tanto Food Monitor Program como desde el OCDH hemos alertado sobre la grave crisis alimentaria y recientemente sobre la pobreza infantil, que está muy lejos de lo que incluso dicen algunas organizaciones internacionales como UNICEF, que ya comienzan a tocar estos temas».
El último informe del OCDH titulado «El estado de los derechos sociales en Cuba expone que la escasez de alimentos en la isla es el factor que más angustia a sus residentes, aunque es evidente que a este se suman otros problemas como el aumento de las interrupciones del fluido eléctrico, la galopante inflación, el vertiginoso descenso del poder adquisitivo que han experimentado los salarios y la decadencia del sistema sanitario.
Datos estadísticos revelan que el 86% de los núcleos familiares en Cuba se insertan en los patrones de la supervivencia y que más de la mitad de la mitad de quienes viven en este país enfrentan disímiles dificultades para adquirir prouctos de primera necesidad.
Si bien el estudio pone de relieve que las condiciones de las familias cubanas que reciben dinero del exterior son mejores, más del 30% de estas tampoco cuentan con los recursos económicos requeridos hoy día para conseguir los productos básicos.
Actualmente, la nación caribeña presenta severas limitaciones de manera que solo se produce un 62% de los medicamentos demandados por la población, mientras que el resto de estos debe ser importado, en correspondencia con cifras oficiales. Las autoridades sanitarias dieron a conocer en julio que no disponían de las materias primas necesarias para llevar a cabo la producción de tales productos y que ni siquiera tenían el capital requerido para su importación.
En declaraciones ofrecidas en el marco de una rendición de cuentas ante la Asamblea Nacional de Poder Popular, el ministro de Salud, José Ángel Portal Miranda alegó que existe «una situación de desabastecimiento importante».
Para colmo la isla está sufriendo el nocivo impacto de la propagación del virus de Oropouche y del incremento de los casos de dengue, un complejo escenario al cual también han contribuido los frecuentes y prolongados apagones. Varios cubanos han comunicado a Martí Noticias que los hospitales y centros de atención médica carecen de los recursos necesarios para prestar servicios a la cantidad significativa de personas infectadas.