Las autoridades de la capital en Cuba continúan deportando «ilegales» en La Habana, una política fuertemente criticada por las restricciones de movimiento que imponen a los cubanos.
Los cubanos de otras provincias del país no pueden ir a vivir a La Habana a menos que estén autorizados por las autoridades de la capital o tengan una justificación muy fuerte.
Los viernes de cada semana dos autobuses, de 45 asientos cada uno, parten de La Habana hacia el interior del país, con su carga de cubanos deportados desde “la capital de todos los cubanos”. Dos veces al mes el tren que cubre la ruta Habana-Santiago de Cuba, lleva en sus vagones a decenas de cubanos deportados hacia las provincias orientales reporto Martí Noticias.
El artículo 8 del decreto ley 217 de 1997 del Consejo de Ministros, estable que, pasadas las 72 horas de estancia en la capital, quien no tenga reconocido el derecho legal de permanecer en la capital del país será deportado hacia su ciudad natal.
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