En los últimos meses han aumentado los robos con violencia en varias localidades de la capital de Cuba que se han dado a conocer a través de videos grabados por personas que han evidenciado los hechos y los han publicado en distintas redes sociales.
En el mes de agosto se hizo viral un video que mostraba un grupo de hombres golpeando a un ladrón que había apuñalado a una mujer para robarle una cadena en el barrio de La Cuevita, en el municipio San Miguel del Padrón.
Días después, en otro barrio de La Habana, varios vecinos agarraron a un muchacho que, según el testimonio de una mujer, había intentado quitarle la vida a una persona para robarle, y ataron sus manos y pies, mientras este pedía ayuda.
A inicios de octubre en el reparto de Santos Suárez del municipio Diez de Octubre, un ladrón le robó un celular a un hombre que se encontraba en una cafetería y este junto a otro individuo lo persiguieron en un carro, logrando capturarlo y propinándole una golpiza que le causó la muerte.
Anteriormente, se suscitó un hecho similar pero en Bayamo, provincia Granma, donde se produjo la detención por la policía de un ladrón que le arrebató el celular a un adolescente de 12 años, causándole una herida en la cara con una piedra. Dicha detención estuvo acompañada por la reacción violenta de los vecinos y, en particular, de una mujer allegada al menor que le dio un par de golpes al comisor del delito, según refleja un video circulado en las redes sociales.
El pasado lunes, en la calle San Francisco, en el barrio de Lawton, municipio Diez de Octubre, un hombre le robó el celular a un muchacho de entre 12 y 13 años de edad y se escondió en una casa. Un usuario de Facebook nombrado Ndoky Juan Carlos compartió un video en el que aparecen dos agentes intentando subir a la patrulla al autor del delito en medio de una multitud que esperaba su salida para golpearlo. La madre de la víctima, vestida de custodio, arremetió contra el ladrón con un palo en la mano. A pesar del ingente esfuerzo realizado por las autoridades para evitar las represalias de los vecinos, el individuo recibió una fuerte golpiza.
La ocurrencia de estos sucesos de violencia desmedida tiene su sustrato en las crecientes carencias económicas de la población cubana, lo cual no constituye justificación para este tipo de conductas y refleja, a su vez, la pérdida de valores éticos que ha experimentado la misma.
Si bien la inacción de las autoridades en muchas ocasiones ante delitos de esta índole ha generado un espíritu de rebeldía en los ciudadanos afectados y en los espectadores, la violencia no constituye la solución adecuada.