A la ciudad de Manzanillo llegó la Cruz Peregrina consagrada a los jóvenes por Juan Pablo II, y el ícono acompañante de la Virgen María, el sábado 21 de octubre alrededor de las 9 a.m.
Fue entregada a feligreses de los municipios de la costa granmense, por chicos y chicas del municipio de Yara que la habían custodiado en su recorrido por aquel territorio procedente de Bayamo.
Todos juntos, caminaron en peregrinación las tres cuadras de distancia desde una especie de tarima ubicada en la intersección de la Avenida Primero de Mayo y Calle Maceo, hasta la parroquia principal de la ciudad.
El paso de la Cruz no estuvo exento de los prejuicios de las autoridades políticas locales respecto a las actividades públicas de carácter religioso.
Carlos Escala, historiador y profesor universitario, de filiación católica, se mostró incómodo ya que: “Cambiaron el recorrido a última hora; inicialmente se saldría de la terminal de ferrocarriles unas doce cuadras hasta la parroquia, fue eso lo que se acordó, pero a última hora las autoridades lo cambiaron por supuestos motivos organizativos, según dijeron”.
A pesar de todo, la Cruz Peregrina de los Jóvenes, el ícono acompañante de la Virgen María, y la imagen de la Virgen de la Caridad o Virgen Mambisa, fueron llevados en hombros de chicos y chicas de la antigua región Manzanillo, cortejados por la Banda Municipal de Conciertos y el Coro Santa Cecilia, seguidos por tres niños en una embarcación.
Al llegar al pórtico, un nuevo momento de meditación. Y luego una misa oficiada por el párroco local y varios sacerdotes.
Al amanecer del domingo 22 de octubre, La Cruz de los Jóvenes, continuaba su peregrinaje hasta la ciudad de Camagüey.
(Con información de Martí Noticias)