La esposa de José Daniel Ferrer, Nelva Ismaray Ortega se reunió el jueves con el arzobispo de Santiago de Cuba, monseñor Dionisio García Ibáñez, quien pudo visitar al líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), en la prisión de Aguadores, de la provincia.
Según Ismaray Ortega, el líder opositor ya no se mantiene en huelga de hambre, pero si está muy delgado con una gastritis en crisis, y confinado a una celda de castigo, donde hay mosquitos durante el día, y es demasiado húmeda en la noche.
Durante la visita del prelado, de más de una hora y media, Ferrer se mantuvo vigilado por personal de la Seguridad del Estado, en la oficina principal de la cárcel donde se encuentra.
Las autoridades no les están dando atención médica, y lo mantienen en una celda de castigo, porque el opositor rasga el uniforme que la policía política le pone a la fuerza, como forma de protesta por su «inocencia» frente a los cargos que el régimen le imputa.
De acuerdo a su esposa, las autoridades siguen golpeando a José Daniel,y denunció lo dejan semidesnudo en la celda de castigo, cuyas condiciones ponen en riesgo de contraer cualquier enfermedad al preso político, ya sea por cualquier problema respiratoria o dengue por los mosquitos.
El líder opositor agradece la solidaridad internacional por su causa, y dijo estar muy orgulloso de su familia.
La médico cubana sostuvo que según las palabras de Ferrer al arzobispo, las autoridades le anuncian constantemente que será enjuiciado muy pronto y sancionado.
El activista Carlos Amel Oliva, líder del Frente Juvenil de la UNPACU, que fue quien entrevistó a Nelva Ismaray, denunció el régimen ya tiene la sentencia lista «y solo falta el show de montar el supuesto juicio».
La familia de Ferrer está muy preocupada, ya que presume luego de la visita con el sacerdote, le hayan propinado una nueva golpiza al disidente.
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